Uno de los grandes éxitos del 2019, que fue acompañado de una resonancia mediática importante, fue la nueva Copa Davis. La renovada competición de tenis por países, a cargo del futbolista del Barça Gerard Piqué y su empresa Kosmos, generó el esperado efecto a un torneo caducado y que ya no atraía a los grandes nombres del tenis mundial. Pero este año está en duda por la crisis del coronavirus.

Uno nuevo formato de éxito

El nuevo formato, de una semana, ha regenerado un torneo que los grandes nombres intentaban evitar al final de una temporada demasiado cargada de partidos. Y en la pasada edición tenistas de gran nivel como Rafa Nadal (entonces número 1 mundial), Novak Djokovic, Andy Murray o Nick Kyrgios aparecieron como grandes reclamos.

La jugada le salió perfecta a Piqué y a toda la organización, estrenándose con sede en la Caja Mágica de Madrid y con victoria final para España después de siete años sin levantar el trofeo. Debut impecable y expectativas cumplidas con creces.

EFE

Pesimismo de Piqué

Ahora, sin embargo, todo es más complicado. La aparición del coronavirus y el aplazamiento de los grandes torneos a final de año, incluidos tres Grand Slam, condensan mucho el calendario. Aunque el pasado mes de marzo desde la organización confirmaron a ElNacional.cat que no se planteaban la suspensión del torneo, ya que una semana de Copa Davis en el mes de noviembre parece posible de encajar, el hecho de disputarse muchos otros torneos también aplazados en aquellas fechas, ahora se ha puesto sobre la mesa una opción bien real de cancelar la edición del 2020.

El mismo Piqué ha asegurado en las últimas horas que "hay mucha incertidumbre" sobre el futuro de la competición. "Intentamos estar al corriente de lo que dice el Consejo Superior de Deportes sobre si podremos celebrar la competición y lo veo un poco pesimista porque una Copa Davis sin gente en las gradas es difícil". Ni Piqué ni nadie contempla una Davis en Madrid, con España defendiendo el título, y sin público en las gradas. Precisamente, gran parte del éxito fue por los espectadores que siguieron en directo el torneo y los 745.000 que de media lo siguieron en la televisión.

EFE

Prescindir de un torneo con un impacto aproximado de 50 millones de euros no es poca cosa para España, y más en momentos de crisis como el actual. A pesar de ver que es complicado celebrar la actual edición, se sigue confiando y se luchará hasta el final. Su lema lo deja claro: New era, same soul.

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