No es premio menor para una región que no llega a los 4 millones de habitantes. Croacia se queda con el tercer lugar del Mundial de Qatar 2022 tras imponerse a Marruecos por 2-1. De esta manera, el combinado ajedrezado repite podio en la Copa del Mundo después de quedar como subcampeones en Rusia 2018.
Croacia, una generación incombustible
Y es que, fundamentada en el sólido bloque que ha tejido Zlatko Dolic, la generación incombustible vatreni sigue dando alegrías a los croatas. Veteranos y auténticos maestros del cuero como Luka Modric o Ivan Perisic han llegado a Qatar 2022 en un espléndido estado de forma, pero si los de su pasta se mezclan con la nueva camada de talentos como Lovro Majer, Borna Sosa y, sobre todo Josko Gvardiol, significa que el fútbol croata no perderá ningún ápice de calidad.
Cerraba su etapa en el combinado nacional Ivan Rakitic, se augura que lo haga pronto Luka Modric y poca más durada se les da a los también veteranos a Ivan Perisic y Dejan Lovren, pero la esencia quedará en futbolistas como Mateo Kovacic que se han marcado un Mundial digno de los iconos que relevarán en el día de mañana.
La histórica Marruecos de Regragui deja el listón africano en un cuarto puesto
Y a pesar de la derrota, la Marruecos de Regragui ya ha dejado escrito su nombre en la historia de los Mundiales. Lo ha hecho en nombre de todo el continente africano, ya que han dejado el listón de su fútbol en la cuarta posición. Los 'Leones del Atlas' han sido la sensación del torneo. De hecho, los vaticinios que se basaban en la lógica no la situaban ni en los octavos de final. Hay que recordar que los norteafricanos compartían el Grupo F con la bronce de Rusia 2018, Bélgica, y, con la plata, Croacia.
Con todo, su seguridad defensiva y las ganas de soñar le permitieron sacar un valioso punto ante los croatas, aprovecharse de la enajenación belga para sumar tres en la segunda jornada y sellar los octavos con una victoria contra Canadá. Todo, bajo la disciplina de un entrenador llegado poco antes del inicio de la cita mundialista que, entre otras cosas, recuperó a un Hakim Ziyech que venía divorciado de la selección por problemas disciplinarios.
El zurdo del Chelsea ha sido una de las atracciones del conjunto marroquí, pero menos mal que Marruecos no se ha perdido en fase de grupos, que nos hubiéramos perdido artistas como Azzeddine Ounahi. De Boufal ya sabíamos lo que podíamos esperar, la marroquinería es el arte de trabajar el cuero y este sabe de sobra de ello. La imaginación y el descaro, pero también el sacrificio de ser lateral izquierdo para cerrar el enjambre que atormentó a España en los octavos y a Portugal en los cuartos. Nueva página por el bien del fútbol. El mundo está igualado y Marruecos ha sido una manifestación de que cada Mundial será mejor que el anterior.