Exhibición del Manchester City en el campo del Arsenal para levantar el telón de la Premier League 2018/19 con una victoria sin discusión (0-2). Pep Guardiola, después de ganar la Community Shield, disfruta desde la banda viendo cómo sus futbolistas reducen al rival a través del fútbol de posesión. La poca puntería de los delanteros evita un resultado escandaloso.

Golpe en Londres

Guardiola ha utilizado el debut de su equipo en la Premier para enviar un mensaje a todos los rivales. El City no tiene previsto levantar el pie del acelerador. En un escenario imponente como l'Emirates Stadium, los vigentes campeones empiezan la temporada de la misma manera que acabaron la última: ganando y convenciendo.

El Arsenal, por primera vez en los últimos 22 años, jugaba un partido sin Arsène Wenger en el banquillo. La mano de Unai Emery, sustituto de Wenger, no se ha notado nada, a pesar de los fichajes. Los londinenses han vuelto a temblar en defensa contra un City que ha jugado como ha querido. La superioridad en los primeros minutos ha sido insultante.

EFE

Raheem Sterling, después de una jugada individual, ha roto el empate a cero. Su disparo, desde fuera del área, ha hecho justicia con el fútbol de unos y otros. Matteo Guendouzi, mediocampista de 19 años, se ha visto superado por un City que ya tiene todos los movimientos automatizados. Los citizens son una máquina engrasada para crear alternativas en cualquier situación de ataque. Guardiola ha conseguido construir un equipo que se encuentra cómodo en ataques estáticos o corriendo al contragolpe.

Un espejismo

El Arsenal estaba intentado sobrevivir a una tormenta de ocasiones y fútbol. El portero Petr Cech se ha multiplicado para evitar los goles de un hiperactivo Riyad Mahrez, Sergio Agüero o Aymeric Laporte. Las diferencias parecían insalvables. Pero el City no ha tenido puntería y ha dejado al rival agonizando, pero con vida.

La mejor noticia para el Arsenal al descanso era el resultado. El 0-1 le daba alas para soñar con la remontada. Pero darle la vuelta al marcador era una quimera imposible. La presión del City ha anestesiado cualquier intento de rebelión, aunque Alexandre Lacazette ha fallado una de las ocasiones más claras del partido.

Agüero, egoísta en la mayoría de jugadas de ataque, ha desperdiciado un contragolpe por no quererle regalar el 0-2 a Kevin De Bruyne, que se ha permitido el lujo de entrar desde el banquillo. La plantilla de Guardiola es tan rica que puede mantener el nivel dosificando a sus estrellas. Hoy, David Silva ha visto el partido desde casa.

Bernardo Silva, exuberante en este inicio de temporada, ha enterrado las esperanzas del Arsenal aprovechando un pase hacia atrás de Benjamin Mendy. El gol no ha cambiado nada. El City ha seguido moviendo la pelota y desesperando a una afición que empieza a ver de color negro la transición entre Wenger y Emery.

El silbido final ha ahorrado más sufrimiento a un Arsenal que acaba su debut con heridas que se pueden acabar infectando. El Manchester City, en cambio, presume de la plantilla más equilibrada de Inglaterra con otro partido para enmarcar. Los favoritos no fallan. Guardiola, como era presumible, tampoco.