Villarreal y Real Madrid han empatado sin goles (0-0) en el Estadio de la Cerámica en un partido de un ritmo vibrante y ocasiones constantes donde solo los porteros y los palos han evitado que el marcador se moviera.
Carlo Ancelotti se vio obligado a hacer algo que no le gusta en exceso: rotar. Las lesiones de Benzema y Mendy, titulares indiscutibles, requerían que el técnico italiano buscara en el fondo de armario para encontrar soluciones. Para relevar al lateral francés repitió Marcelo en el 11 como ya hiciera contra el Granada,, algo que no había sucedido en toda la temporada.
En la primera mitad hubo de todo menos goles
El sustituto del delantero francés ha sido Bale, que parecía desaparecido pero se ha colado por delante de Hazard, Isco, Jovic o Rodrygo. Con ese contexto empezaba el partido ante un Villarreal con la baja sensible de Gerard Moreno en ataque pero con un Chukwueze que hacía lo que quería con Marcelo, que ya no está para defender a extremos hábiles como el nigeriano.
El encuentro era divertido y el Madrid intentaba soltarse con Vinícius, pero el Villarreal se empleaba con dureza, a veces excesiva según las protestas del merengues, para mantener al brasileño a raya. Podrían haberse adelantado los amarillos si el disparo de Danjuma poco antes de los 20 minutos no se hubiera encontrado con el palo, pero la banda de Marcelo era una autopista para que el Villarreal percutiera una y otra vez por ese perfil.
Los porteros, decisivos antes del descanso
El partido tenía un ritmo vertiginoso que solo frenaban las faltas de uno y otro equipo, que le ponían la nota agresiva a un partido de mucho nivel. Un nivel que no se vería recompensado con goles antes del descanso, porque tanto Courtois como Rulli querían demostrar que los porteros también juegan para evitar sendos goles de Alberto Moreno y de Bale.
En la segunda mitad, el Madrid ha querido evitar el vendaval atacante del Villarreal en el tramo inicial, y como la mejor defensa es un buen ataque, las ocasiones llegaban de las botas de los delanteros madridistas. Primero fue Asensio quién se quedó a poco del gol, y después se quedó todavía más cerca Bale, pero entre Rulli y el larguero mantuvieron el marcador sin estrenar.
Rulli, sacando agua del Submarino
Era el portero argentino quién seguía manteniendo con vida a los suyos y frustrando las ocasiones de Vinícius, Bale o Toni Kroos. Ancelotti, consciente que el 0-1 se intuía más cerca que el 1-0, no introdujo el primer cambio hasta el 75, cuándo quitó del partido a un Bale que tuvo el gol en un par de ocasiones muy claras para dar entrada a Jovic y colocar una referencia ofensiva.
Fue Marcelo quien casi fue protagonista para desgracia de su equipo, ya que con una cesión rellena de maldad hacia Courtois habría podido cambiar el signo del partido, pero el belga tuvo que emplearse a fondo para evitar que el balón se colara por la escuadra. Después del susto, y con 10 minutos por delante, a los dos equipos les ha entrado el miedo a perder.
Pero el miedo ha desaparecido en el añadido. El Villarreal tuvo una pero el Madrid dispuso de la más clara de todo el partido. Hazard dejó solo a Jovic ante el portero y la vaselina del serbio acabó rebotando en el larguero, el balón le cayó a Nacho que disparó de primeras pero se encontró bajo palos con un defensa local para certificar un empate sin goles pero con muchísimo fútbol.