Fernando Alonso es, para muchos, el mejor piloto de la historia de la Fórmula 1. Está lejos de ser el más laureado, pero sus años en Renault, en Ferrari y ahora en un comienzo de lo más esperanzador con Aston Martin hacen soñar con un tercer mundial que, tanto el asturiano como toda su masa social merecen.
En pocas ocasiones, por no decir nunca, Alonso ha tenido el mejor monoplaza de la parrilla, pero su habilidad al volante, su frialdad a la hora de mantenerse regular y no dejar trascender sus emociones y, sobre todo, su fortaleza mental, le han permitido seguir compitiendo a un nivel muy alto hasta los 41. No obstante, no todo lo que hace grande al '14' lo lleva por dentro, ya que, para llegar a ser el piloto más veterano de la plantilla, hay que mantener una preparación física ejemplar.
El cuello de Fernando Alonso demuestra que no solo es una bestia al volante
La exigencia de la F1 no perdona y requiere la mejor versión de cada uno de los pilotos. Se trabajan los reflejos, la capacidad de reacción y, claro está, se rueda constantemente para tratar de alcanzar la trazada óptima, pero es muy importante poder paliar las contundentes Fuerzas G que se reciben en la zona del cuello cuando se pasa de los más de 300 k/h a los menos de 100 en las frenadas más exuberantes del calendario.
Por esta razón, el cuello es una de las zonas que los pilotos tienen más trabajada y, por consiguiente, más desarrollada. Alonso, el piloto que más Fuerzas G ha sufrido por el simple hecho de llevar más años en el negocio, tiene un cuello que, según ha revelado Mundo Deportivo en una entrevista con su preparador físico, Edo Bendinelli, ha llegado a medir 47 centímetros de diámetro.
La segunda juventud de Fernando Alonso
Después de volver a la Fórmula 1 a los 38 años, Fernando Alonso sigue demostrando que no ha perdido toque de muñeca, ni mucho menos forma física. De hecho, la fotografía es del año 2022 en uno de los rutinarios entrenamientos de cuello del de Oviedo. Así pues, su físico acompaña a su talento y, ahora a bordo de un coche competitivo, Alonso promete muchas alegrías.
En Mónaco ya hizo vibrar a toda su afición con una victoria que no llegó por culpa de un error estratégico. La distancia hacia la 33 es cada vez más pequeña y, este fin de semana, en Montmeló, la marea verde que mueve el español ha teñido las graderías del GP de España.