Dearica Hamby denunció ayer en un juzgado federal de Nevada a la liga de baloncesto femenino de los Estados Unidos (WNBA) y su anterior equipo, Las Vegas Ace, por haberla discriminado cuando se quedó embarazada en 2022. Hamby ya había denunciado los hechos en las redes sociales en el momento que sucedió, pero la respuesta de la liga no fue la que ella esperaba, así que ha decidido llevar el caso a los tribunales.

La jugadora, quien ha conseguido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París con el equipo norteamericano de 3x3, empezó su carrera profesional en 2015. Drafteada por las San Antonio Stars (que, más tarde, se convertirían en las Las Vegas Ace), poco a poco se fue haciendo un sitio enl equipo titular y un nombre en la liga. Las Ace crecieron mucho en poco tiempo, igual que la WNBA en general, y en el año 2022 se proclamaron campeonas de la mejor liga del mundo, con Hamby como una de sus estrellas.

De la euforia a la traición

Con su buen rendimiento, el equipo decidió renovar a Hamby para dos temporadas más, mejorando su contrato y con nuevos beneficios como un alojamiento pagado por la franquicia y la matrícula de una escuela privada para su hija. Las Ace querían que Hamby continuara con ellas y estaban dispuestas a darle todo lo que quisiera. Un par de meses después de firmar el contrato, sin embargo, supo que estaba embarazada, y así lo comunicó al equipo. Aquí es cuando todo cambió.

Tal como explica en la demanda judicial, Hamby "experimentó cambios notables en la manera en que era tratada por el personal del equipo". Las promesas hechas no se cumplieron: ni la matrícula ni la casa nunca llegaron y, en enero de 2023, la entrenadora Becky Hammon la llamó para preguntar si había planeado este embarazo y cuestionando su "compromiso y dedicación" con el equipo. A pesar de la negación de Hamby, días después se hizo público su traspaso y la disolución de su contrato.

El equipo de 3x3 de los Estados Unidos con su medalla / Foto: Europa Press

La respuesta de la WNBA y la reacción de Hamby

La jugadora denunció los hechos en las redes sociales y, viendo todo el alboroto, la WNBA abrió una investigación. Hammon aseguró que el embarazo no había sido la razón del traspaso, sino que habían visto una oportunidad de adquirir jugadoras de mucho nivel a cambio de ella. 4 meses después se cerró el expediente, que acabó con 2 partidos de sanción para la entrenadora y la retirada del pick #1 del draft para las Ace, una sanción que no dejó nada contenta Hamby.

Después de dar a luz a su hijo en abril del año pasado, la jugadora volvió a la liga, esta vez jugando para las Los Angeles Sparks. 19,2 puntos y 10 rebotes por partido le aseguraban un sitio entre las mejores jugadoras del mundo, y la medalla de bronce conseguida en París lo confirma. Sin embargo, a pesar de su éxito profesional, Hamby no está contenta. Nada más volver de su experiencia olímpica, decidió dirigirse a un juzgado federal de Nevada para buscar la justicia de otra manera.