"El objetivo de España es estar en la final el 6 de octubre", explicaba Fede Vidal tras cerrar una excelente fase de grupos en el Mundial de Fútbol Sala. Sin embargo, la selección española, que había dominado de cabo a rabo todos los encuentros del máximo torneo intercontinental, ha puesto punto y final a su participación de forma prematura tras caer sorprendentemente en octavos contra Venezuela (1-2). La selección vinotinto saltó a la pista con una intensidad que desbordó a la Roja y ofreció al espectador una final anticipada donde los pequeños detalles decantaron la balanza a favor de los venezolanos. De esta forma, España, que tampoco tuvo el día más acertado, hace las maletas más pronto de lo esperado para abandonar una Uzbekistán que prometían conquistar con su fútbol en el 40x20.

Venezuela jugó como si no tuviera nada que perder...

Llegaba la hora de la verdad para la selección española de fútbol sala. Después de una fase de grupos que rozó la perfección, el combinado de Fede Vidal se medía a Venezuela en una primera prueba sin red de seguridad sobre la que apoyarse en caso de error. Sin embargo, lejos de mostrar la confianza que podían haber ganado en los primeros encuentros, la Roja estaba atenazada, superada y desbordada por una selección vinotinto que no tenía nada que perder. Los venezolanos, que salieron a comerse el parquet de la pista, arrasaron en intensidad a Tomaz, Adolfo, Mellado y Raúl Campos. Tan solo Jesús Herrero parecía enchufado cuando salvaba a España del primer gol hasta en dos ocasiones gracias a dos intervenciones magistrales.

De hecho, ni tres minutos habían pasado cuando Viamonte ponía a prueba al portero madrileño en un mano a mano que salvaba el de Inter Movistar. España dominaba la posesión, sí, pero no generaba ocasiones de peligro. La defensa venezolana se hacía fuerte y crecía con el paso de los minutos: peleaba cada balón como si les fuera la vida en ello y desbordaba a los jugadores españoles con una intensidad imposible de contrarrestar. Los de Vidal la tuvieron a balón parado en botas de Gordillo, que pudo abrir la lata. Sin embargo, su balón se estrelló en el palo y el de Palma Futsal no volvió a pisar la cancha. 

La vinotinto no tenía nada que perder y usaban todas las armas a su favor. Las sensaciones dentro del 40x20 apuntaban hacia la misma dirección: la portería de Herrero. Y así fue. A los 13 minutos de partido, José Villalobos mandaba un balón largo de portería a portería al que trataría de salir Jesús Herrero. Sin embargo, el meta español se encontraba con el cuerpo de Briceño de por medio y veía como la pelota lanzada por el portero venezolano se colaba entre sus tres palos. Los españoles pedían la revisión del VAR por la acción en la que Briceño podía haberle hecho "la cama" al portero español, pero ni Ran An ni Hiroyuki Kobayashi se retractaron de su decisión inicial. Gol para Venezuela y le tocaría remar contra viento y marea a una España que pudo irse 0-2 al descanso después de que Carreño errase un mano a mano.

...y venció a una España que solo esperaba ganar

La vinotinto se reforzó y pudo incluso sentenciar a la Roja en la primera mitad, pero perdonó. Y esto se paga caro en escenarios de este tipo: con el reinicio del partido, Cortés, tras un jugadón, servía un balón filtrado para que Raúl Gómez pusiera las tablas en el marcador. Parecía por un momento que los Fede Vidal se recuperaban de la bofetada inicial e incluso gozaron de algunas ocasiones para adelantarse en el marcador: Cortés y Raúl Gómez volvían a ser protagonistas en una jugada que el albaceteño perdonaría un gol cantado y, posteriormente, Adolfo tuvo otra ocasión desde dentro del área.

No se achantaría Venezuela, que se apoyaba en un Briceño que bajaba todos los balones que le llovían del cielo y la tuvo en pies de Viamonte tras un eslalon que pudo decantar nuevamente la balanza a favor de los sudamericanos. Comenzaba una guerra de tú a tú en la que las dos selecciones hicieron méritos para llevarse el partido. Sin embargo, en un duelo tan ajustado, los detalles son los que marcan la diferencia y, en este caso, el más detallista fue Carlos Sanz. A 81 segundos para el final del partido, el cierre del Jaén Paraíso Interior empalmaba un potente disparo de volea que ajustaba tanto al palo que el VAR tendría que revisar si el balón había entrado.

La pelota había cruzado la línea y el golazo de Venezuela decidiría definitivamente el partido a su favor. España, tirando más de corazón que de cabeza, trataría de reaccionar en la recta final del duelo jugando de cinco. Sin embargo, nada pudo hacer ante la férrea defensa Venezolana que fue in crescendo a lo largo del partido. Así pues, la Roja se despide de Uzbekistán de manera sorprendente y prematura después de un partido en el que no pudo ponerse por delante en ningún momento y en el que la intensidad de los vinotinto fue un auténtico dolor de cabeza.