Deco tiene una misión clara en este mercado de enero: encontrarle una salida a Frenkie De Jong. En el Barça, cada vez se asume más que la venta del neerlandés es inevitable. Tras una prolongada ausencia por una lesión en el tobillo, De Jong regresó, pero sus actuaciones no han convencido ni al cuerpo técnico ni a la afición. En el esquema de Hansi Flick, un juego dinámico y de presión constante es esencial, y el rendimiento de De Jong no se ajusta a estas exigencias. Ha demostrado una lentitud que ralentiza el ritmo del equipo, y su estilo dista mucho de la intensidad y compromiso que aportan jugadores como Marc Casadó, Gavi, Pedri o Dani Olmo.
Para Flick, el neerlandés se ha convertido en un obstáculo en lugar de una ventaja. Su retorno al campo ha sido percibido con pasotismo, y se le ve corriendo menos que sus compañeros, lo que afecta a la cohesión del equipo en situaciones clave. La falta de adaptación de De Jong a las demandas del entrenador alemán y su rendimiento cuestionable han convertido a este en un jugador prescindible para el club. A todo esto se suma el alto salario que percibe, ya que De Jong es uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla, con un contrato vigente hasta 2026. Este factor económico, junto con la falta de impacto en el terreno de juego, ha llevado al Barça a tomar una decisión drástica.
Deco ya ha puesto manos a la obra. Ha fijado un precio de salida para De Jong de 50 millones de euros, una cifra que, aunque ambiciosa, podría ser alcanzable dada la calidad y proyección del neerlandés. Este precio refleja no solo el nivel del jugador, sino también la necesidad del Barça de aliviar su carga salarial y liberar espacio en la plantilla para incorporar a otros futbolistas más adecuados al sistema de Flick. Según fuentes internas, ya hay dos equipos interesados en la situación del centrocampista, aunque aún se desconoce si el propio De Jong aceptará salir del Barça en pleno invierno o si optará por aferrarse a su contrato actual, que le asegura ingresos importantes hasta su finalización.
La decisión final está en manos de De Jong, quien, al ver sus minutos de juego reducirse cada vez más, podría considerar una salida si alguna de las ofertas le resulta atractiva. En el Barça, sin embargo, ya se ha encendido la maquinaria para una posible venta, con Deco a la cabeza en la búsqueda de acuerdos que beneficien tanto al club como al propio jugador. Si se concreta, la salida de De Jong sería una sorpresa para muchos, pero para el Barça representaría un paso hacia la renovación que el club necesita. Todo apunta a que este enero podría traer movimientos significativos en la plantilla culé, con Deco decidido a liderar un cambio que podría definir el futuro inmediato del equipo.