Ousmane Dembélé vive una situación complicada en el Paris Saint-Germain, donde está siendo el blanco de la gran parte de críticas que está recibiendo el equipo. Se le exigía que diera un paso al frente después de la salida de Kylian Mbappé con dirección al Real Madrid, pero la responsabilidad le está quedando muy grande. Además, ha tenido algún episodio de indisciplina que provocó que fuera castigado por Luis Enrique hace unas semanas atrás.
La relación con el técnico asturiano está totalmente rota desde ese momento, y los resultados que han conseguido en la Champions League son preocupantes. Ahora mismo están virtualmente eliminados, y todavía tienen que enfrentarse al Bayern de Múnich y al Manchester City, un calendario muy complicado que provoca que tengan muchas opciones de ser una de las grandes decepciones del curso. Y observa desde la distancia como el Barça está arrasando y ganando todos sus partidos.
‘El Mosquito’ traicionó a Xavi Hernández, su gran valedor, y dejó el Camp Nou por la puerta de atrás, firmando con Nasser Al-Khelaïfi, cuando había prometido que no se movería. Pero la propuesta económica que le realizaron era irrechazable, y acabó trasladándose al Parque de los Príncipes, ahora hace más de un año. Y no oculta que se arrepiente de la decisión que tomó, y que le encantaría estar a las órdenes de Hans-Dieter Flick.
Pero no es necesario decir que Joan Laporta y Deco en ningún momento se han llegado a plantear el regreso de Dembélé. Aunque nadie puede negar que tiene unas condiciones espectaculares, no sería un traspaso sencillo, y el PSG pediría mucho dinero. Aparte, no es necesario en absoluto, viendo el increíble momento de forma que viven Lamine Yamal y Raphinha Dias, que se han convertido en los mejores socios posibles para Robert Lewandowski.
Y en el Barça ni olvidan ni perdonan la traición que experimentaron por parte del ex del Borussia Dortmund o del Stade Rennais en su día, de modo que tiene las puertas totalmente cerradas.
Dembélé, ‘persona non grata’ en el Barça
Dembélé no solamente dejó tirado al Barça para unirse al PSG por motivos económicos, sino que también celebró los goles que anotó contra el conjunto azulgrana en la pasada edición de la Champions, en cuartos de final.
Todo esto hizo que fuera recibido con una pitada monumental por parte de la afición, que le considera una ‘persona non grata’, y que hace que un posible regreso sea totalmente inviable.