Xavi Hernández tenía dos cosas muy claras cuando se puso a preparar el Clásico contra el Real Madrid. Frenkie de Jong tenía que jugar y Gerard Piqué debía volver al banquillo. Con estas dos máximas en mente, el entrenador del Barça apostó por cargarse a Gavi, el gran sacrificado, y apostó por Sergi Roberto como lateral derecho, lo que permitía que Koundé, recién recuperado, formara dupla en el eje junto a Eric Garcia.

La alineación fue polémica y en la previa del partido generó un sinfín de críticas en las redes sociales. El mensaje más repetido fue que el sacrificado en el centro del campo no debía de ser Gavi, que está rindiendo a un gran nivel, además de aportar una intensidad clave en un partido contra el Real Madrid, sino Sergio Busquets, que contra el Inter de Milán dio muestras de cansancio, de no estar fresco.

Xavi Hernández, dándole órdenes a Gavi / Foto: EFE

Gavi se reivindica en el Santiago Bernabéu

Y lo cierto es que Sergio Busquets volvió a naufragar. Ya quedó marcado en el 1-0, una acción en la que llega tarde a la hora de hacer la falta táctica a Kroos. "En la primera parte hemos fallado donde ellos están fuertes, en las transiciones. En el primer gol tuvimos que hacer falta y evitar la contra", afirmó Koundé después del partido, un dardo envenenado a Sergio Busquets. De hecho, en toda la primera el Barça solo hizo una falta, un hecho inexplicable en un partido que requiere intensidad.

La situación cambió en el tramo final del partido, curiosamente coincidiendo con el momento en el que Gavi entró al terreno de juego. El andaluz jugó la última media hora, en la que hizo 5 faltas y vio una tarjeta amarilla por una entrada a destiempo a Tchouaméni. Gavi, lleno de rabia por estar perdiendo contra el Real Madrid, añadió intensidad y garra y contagio al equipo, que estuvo muy cerca de empatar el 2-0. Gavi, de hecho, estuvo a punto de marcar, pero Militao consiguió desviar el balón a córner.

Sergi Roberto, conduciendo un balón ante Toni Kroos  / Foto: EFE

La élite desnuda las carencias

 Como el partido contra el Inter, el Clásico sirvió para desnudar las carencias de algunos jugadores, incapaces de dar el rendimiento que requiere un partido de estas características. Y es que es preocupante la facilidad con la que un Real Madrid mediocre se puso 2-0 y rozó el 3-0. Sergi Roberto quedó retratado en la acción del 1-0, en la que pierde la marca de Vinícius. Dembélé y Raphinha no aportaron absolutamente nada en ataque, dos sombras que Ansu Fati dejó en evidencia al aportar muchísimo más en poquísimo tiempo.

Otro caso preocupante fue el de Eric Garcia, que suerte tuvo de tener al lado a un impecable Koundé y a un rápido Balde. El central falló en el 2-0, cuando prolongó un balón sin destinatario, dejándoselo en bandeja a Vinícius. Además, fue incapaz de sostener a un móvil Benzema. Xavi Hernández tiene muchos problemas por resolver.