Estaba cantado. La ley del ex volvió a hacer acto de presencia en el partido entre el FC Barcelona y el Paris Saint-Germain. El destino tenía un nombre marcado en rojo para convertirse en el protagonista del enfrentamiento, y no era otro que el de Ousmane Dembélé. El francés, a quien los blaugrana protegieron como el que más en su estancia en la ciudad condal, salió por la puerta de atrás, después de pagar la irrisoria cláusula de rescisión para aterrizar en el Parque de los Príncipes.
La historia quiso que en los cuartos de final, el Mosquito se enfrentara a su exequipo y, casualidad, o no, con el permiso de Vitinha, fue uno de los mejores de la eliminatoria. Un gol había marcado Dembélé en toda la temporada, bien, parece que se los estaba reservando para el Barça, porque anotó dos en los cuartos de final ante sus antiguos compañeros, uno en la ida y otro en la vuelta. Además, provocó el penalti de João Cancelo, que supuso el 1 a 3 en el partido, y que daba la vuelta a la eliminatoria.
Dembélé y la ley del ex
Los silbidos y los insultos proferidos hacia Dembélé, muy criticado cuando celebró con rabia el gol en la ida, sirvieron de gasolina para el francés. Fue uno de los más activos y, con el gran resultado obtenido por su nuevo equipo, no dudó en mofarse del FC Barcelona. Se le vio disfrutón, como nunca se la había visto en su etapa en la ciudad Condal, que duró más de seis años, y en la que nunca tuvo un gesto de agradecimiento hacia el club que lo acogió, lo cuidó y lo esperó.
En su regreso a Barcelona, consciente de lo que le esperaba, lejos de mantener una actitud elegante, alimentó el odio hacia él. Conociendo el historial de Dembélé, tampoco extraña, no se podía esperar demasiado de él. Lejos de acatar el veredicto del respetable, al francés le gustó verse sometido a la crítica del público, de hecho, incluso profirió una sonrisa con sorna al ser sustituido en la segunda parte, un gesto que no mostró en toda su etapa en el Barça.
Dembélé se rio del Barça
Un jolgorio que Ousmane Dembélé continuó en el banquillo, y al término del partido, cuando se lo vio muy efusivo junto a sus compañeros celebrando el pase a las semifinales de la Champions League. Parece que el Barça le debía algo al francés, pues se lo vio con mucha rabia, que ya no pudo contener cuando el árbitro señaló el final. Sin saber muy bien por qué, el Mosquito se vengó del FC Barcelona, mofándose de ellos después de eliminarlos, como si en la ciudad condal no le hubieran dado todo lo necesario para triunfar.