La revolución del Barça por el momento no está dando resultados. La inversión que realizaron en verano parece haber sido inútil, pues no han conseguido mejorar los resultados obtenidos la pasada campaña en la Champions League. Ahora mismo están muy cerca de caer eliminados en fase de grupos, y ser condenados a tener que disputar nuevamente la Europa League. Y en La Liga Santander han perdido el liderato después de caer contra el Real Madrid en el Clásico.
Las dudas y la preocupación con el proyecto de Xavi Hernández son muy elevadas, y más si valoramos el hecho de que hipotecaron aún más la institución para poder hacer múltiples fichajes galácticos. Para amortizar esto, estaban obligados a obtener buenos resultados y a conseguir títulos desde el primer curso, una cosa que en estos momentos parece complicado que logren. Y han comenzado a preguntarse si el trabajo de Mateu Alemany estuvo demasiado sobrevalorado.
Porque algunas caras nuevas como Marcos Alonso o Franck Kessié no han aportado absolutamente nada, y son suplentes habituales. Andreas Christensen tampoco es que estuviera convenciendo en exceso con su rendimiento, antes de caer lesionado, mientras que Raphinha ha ido claramente de más a menos con el paso de las semanas. Únicamente Robert Lewandowski y Jules Koundé han estado a la altura de las exigencias, y han demostrado ser una gran operación.
En definitiva, los 158 millones de euros que invirtieron desde el Camp Nou no han servido para mucho. Sobre todo, viendo que hay posiciones que siguen dando problemas, como el lateral derecho, donde se firmó a Héctor Bellerín como solución de emergencia, y que prácticamente no ha podido jugar por culpa de una lesión. Y tampoco trajeron a un pivote defensivo capaz de suplir a Sergio Busquets, por mucho que lo necesitaran.
Si las cosas no cambian rápidamente, será complicado volver a creer en el proyecto que Alemany y Joan Laporta habían diseñado. Quizás no toda la culpa es de Xavi…
El partido contra el Villarreal, una final anticipada
En estos momentos, todo lo que no sea ganar en el próximo partido, contra el Villarreal, podría suponer una hecatombe. Los ánimos y la tensión que ahora mismo se respira en el Barça están disparados, y si no consiguen mejorar en las próximas semanas, comenzarán a pedir cabezas.
La primera sería la de Xavi, aunque no es el único señalado, pues también están hartos de muchos otros futbolistas que claramente no han ofrecido un nivel digno para tener minutos.