Durante los meses anteriores al mercado de verano de este año, el Barça tenía uno de los encargos más laboriosos a nivel deportivo. Jugadores del equipo de Xavi Hernández se volvieron intocables la temporada pasada, tanto para el cuerpo técnico como para la directiva blaugrana.
Es el caso de Ousmane Dembélé, quien parece que se mostraba reticente a renovar con el Barça desde enero, cuando ya podía negociar con cualquier club para marcharse de la entidad blaugrana. El mes de julio, sin embargo, finalmente llegó a un acuerdo con el Barça. La afición culé, en un principio, veía con buenos ojos que si el 'mosquito' quería marcharse, que se marchara. Pero fue el mismo Dembélé que presionaba a todo el mundo para quedarse en el Barça, mientras que su representante, Moussa Sissoko, se mostraba duramente exigente y amenazante en las reuniones con Mateu Alemany y compañía.
La renovación o el refichaje del extremo francés con el Barça, fue celebrado en la Ciudad Deportiva blaugrana y aceptado por toda la afición culé. Una afición que transformó los silbidos de enero y febrero en aplausos y cánticos a partir del mes de marzo, cuando Dembélé resultó ser uno de los futbolistas más determinantes del equipo.
La nueva cláusula del refichaje de Dembélé tiene doble sentido
El nuevo contrato con el cual el Barça alcanzó atar a Dembélé, es bastante peculiar. La renovación entre el jugador y el club catalán no es muy larga, son solamente dos años de renovación, y se puede sobreentender que es así por culpa de lo que costó cerrar esta negociación y todos los obstáculos que hubo en medio.
El nuevo contrato de Dembélé con el Barça parece más bien una estrategia para dejarlo salir de manera asequible antes de que acabe su contrato en 2024, pero que pueda satisfacer a todas las partes de una hipotética y futura negociación. No parece del todo un nuevo vínculo entre el club y el jugador.
Según ha informado el diario Sport, la nueva cláusula del francés es de 100 millones de euros, y si un club decide pagarla para llevárselo, él se llevaría la mitad de aquella cifra. Además, uno de los elementos que dificultaron su refichaje fueron sus exigencias económicas, y es que Dembélé finalmente se ha quedado en el Barça siendo uno de los mejores pagados de la plantilla, ganando 16 millones netos al año más cuatro en variables.
Dembélé tuvo pie y medio fuera, pero él quiere triunfar con Xavi
Finalmente, el mismo Dembélé ha reiterado que su intención siempre había sido quedarse en el Barça. Durante el medio año que estuvo medio liberado del Barça (el mismo periodo en que demostró su valía e hizo el 'boom' que necesitaba su carrera), había sido vinculado con otros equipos como el Paris Saint-Germain, la Juventus de Turín, el Manchester United, y el gran 'amigo-enemigo' del Barça de estos últimos meses, el Chelsea.
Si el jugador mantiene el nivel que presenta últimamente y es tan determinante en partidos como el de este miércoles ante el Viktoria Pilsen, en el cual Dembélé exhibió, una noche más, que es uno de los jugadores más desequilibrantes de Europa, aquellos 100 millones de cláusula podrían acabar saliendo baratos, pero Ousmane ya ha avisado de que es feliz en el Barça y podría ser uno de los nuevos líderes de un equipo que puede competir por todos los títulos.