Jorge Mendonça tuvo una extensa carrera en el fútbol español. Nacido en Angola, cuando todavía estaba bajo dominio portugués, el delantero aterrizó en la Liga con solo 20 años, en las filas del Deportivo de la Coruña, aunque el Atlético de Madrid no tardó en ficharlo, para convertirlo en uno de sus jugadores insignia. Mendonça fue rojiblanco durante 8 temporadas, en las que ganó 1 Liga, 1 Recopa de Europa y 3 Copas del Generalísimo, antes de fichar por el Barça, con el que ganó otra Copa.
Ahora, con 86 años, Mendonça ha concedido una entrevista al diario Abc, en la que ha recordado lo complicado que era en su época competir con un Real Madrid claramente favorecido por los árbitros. "Eran favorecidos casi siempre. Tenían el favor arbitral", denuncia el delantero.
"Le pagaron favores"
Mendonça no se queda ahí y explica una acción concreta que le dejó sin habla. "En un partido en el Bernabéu nos pitaba un árbitro mallorquín, Antonio Rigo. En una jugada paro el balón con el pecho saltando y uno me agarró por la espalda, yo me lo quité y metí un zambombazo y marqué. Y el árbitro me lo anuló. Discutí con él cara a cara y me dice: 'Está en el palco el Generalísimo. Como sigas te voy a expulsar'", explica el delantero.
"Estaba tan presionado… De la noche a la mañana montó un negocio de temas deportivos de fútbol, y la gente decía: 'Si sólo tenía dos duros'. Le pagaron favores".

Mendonça, crítico con Vinícius
Mendonça, que en su época de futbolista sufrió ataques racistas, es cuestionado sobre la polémica de Vinícius, a lo que responde de forma sorprendente. "Vinicius es un provocador. No se puede enfrentar con el público, va en el menú de los jugadores, tienes que aguantar. A mí también me llamaban negro y yo me reía", explica el angolés. "Y cuando les metía gol decía: 'Toma ahí el negro'. Había jugadores que querían ponerte nervioso: 'Negro, vete a tu tierra…'. Pero nunca me afectó. Yo tenía otra educación, mi padre me preparó para eso. Me dijo: 'Jorge, no te preocupes, porque eso va a pasar'".
El exjugador, además, recuerda cómo se fraguó su fichaje por el Barça, un movimiento que cerraron Calderón y Llaudet sin su consentimiento, un traspaso que el Atlético aceptó para poder terminar de construir su nuevo estadio. "Yo sabía que había un déficit muy importante en las arcas del Atleti y que necesitaban dinero para terminar de pagar el nuevo estadio. Y contesté que sí. Entonces Llaudet me dijo que me diera prisa porque ya tenía los billetes de vuelta comprados. También para mí. Lo tenían ya todo cerrado. Dieron por hecho que iba a decir que sí".