69 deportes, 12.500 clubs y 700.000 personas. Estos números explican, en parte, la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (UFEC), una institución que en los últimos años ha ganado peso en la sociedad catalana con numerosas actividades que van más allá del deporte y por su posicionamiento a favor del derecho a decidir.

Gerard Esteva i Viladecans (Barcelona, 1984) es presidente de la UFEC desde el 2014 y combina el cargo con el de presidente del Comitè Olímpic Català (COC). Esteva, abogado de profesión y violinista de afición, tiene muy claro que una Catalunya independiente sería sinónimo de éxito deportivo y denuncia una "estrategia meditada" de las federaciones españolas para boicotear a las catalanas.

¿Cómo está viviendo el momento político en Catalunya?
Cuando hay tiempos movidos, nunca es fácil capitanear instituciones, y menos una tan transversal como la nuestra. La UFEC agrupa a 700.000 personas y todas ellas están unidas por el deporte, no por un vector ideológico. No tiene nada que ver a la gente que practica el Polo en Catalunya con los que participan en Palomas Deportivas. Siempre hay gente a quien le chirría cualquier posición que adoptas como capitán de esta institución. Sin embargo, nosotros lo que hicimos hace un tiempo fue marcar nuestros límites: derecho a decidir, democracia y derechos humanos.

¿Qué cambios habéis notado a partir de la aplicación del artículo 155?
Es un desastre desde el punto de vista intelectual y estructural. Tienes el Govern de Catalunya destituido y en la prisión. En el mundo del deporte eso se ve agravado porque Catalunya tiene competencias plenas. El Estado lo tenemos desconectado de nuestro deporte desde hace tiempo. El Consejo Superior de Deportes no invierte en Catalunya más allá de lo que puede tener pactado con el CAR (Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat). No tenemos ningún tipo de relación funcional con las estructuras españolas y el hecho de que hayan cesado al conseller de Presidència del cual colgamos provoca que quede parada nuestra subvención. Pero no es nuestra, porque el dinero es para hacer programas conjuntamente con la Generalitat para las Federaciones. Al inicio del curso pactamos una serie de programas y nosotros aportamos el 50% (1,4 millones de euros) y la administración el otro 50%. Este ha sido un muy buen sistema de funcionamiento y ya hace 20 años que dura. La administración central ha parado todas las subvenciones a los clubs, a los centros de tecnificación, a la Unió de Consells... En cierta manera, el gobierno del PP no pretende hacer un control administrativo, sino que está analizando los conceptos con un perfil político. No tendrían que entrar a valorarlo y sí ejecutar el presupuesto hasta finales de año. Mi antecesor decía una frase y estoy muy de acuerdo: "Lo importante no es bajarse los pantalones, lo importante es subírselos rápido".

No tenemos ningún tipo de relación funcional con las estructuras españolas

¿El endurecimiento de las relaciones entre Catalunya y España os condiciona para trabajar a medio plazo?
Lo que sí hemos notado es un atraso en las relaciones con nuestros dirigentes y un incremento de los conflictos entre federaciones catalanas y españolas. Incluso tuvimos que intervenir emitiendo notas legales porque nos encontrábamos con una estrategia meditada de boicot. Las españolas, de manera unilateral, habían empezado a anular competiciones que se celebraban en Catalunya. La Federación de Béisbol anuló una competición alegando la inseguridad que se vivía en Catalunya, pero eso es una absurdidad, porque la única inseguridad ha sido por parte de algunos ultras de la derecha española. A nivel internacional ha habido un boicot importante a los cargos internacionales de las federaciones catalanas. El gran handicap que tiene el Estado español, de cara a los catalanes, es que si no se cambia el marco de relación, estamos capados. En estos momentos es prácticamente imposible que ningún catalán haga carrera internacional. Siempre, de manera sistemática y con una estructura organizada, el Estado español y sus dirigentes prohibirán esta promoción. Eso es una pena porque te hace estar en un Estado que no te quiere.

¿Esperáis que vuelva la normalidad después de las elecciones del 21-D?
Lo necesitamos. En la última asamblea, como Unió de Federacions, aprobamos el nuevo código del deporte, el sistema que creemos que tiene que regir el deporte en Catalunya. Y para sacarlo adelante el primero que necesitamos es que haya un Parlament. Necesitamos interlocutores válidos desde el punto de vista político. El mundo del deporte no se detiene nunca. Y hay grandes proyectos de clubs y federaciones que necesitan el consenso de la administración pública. Es un desastre absoluto no tener Parlament y el Govern en la prisión. Produce una sensación de desamparo y tristeza, porque se nos están arrebatando derechos básicos que son inalienables a las personas jurídicas y físicas.

¿Cómo os afectarán los resultados electorales?
Nosotros tenemos la obligación legal de colaborar con cualquier gobierno que salga. Eso no quiere decir que no tengamos criterio. Nosotros actuamos como patronal y eso significa marcar el rumbo de tu sector y defenderlo por todos los medios. Al final, la administración tiene varias potestades. Veremos qué sucede, pero actuaremos siempre con lealtad al Govern, sin renunciar a nuestro discurso. Nosotros no entramos en política y en esta campaña no participaremos de ningún acto electoral, aunque nos invitan. Lo mejor es mantenernos al margen desde el punto de vista institucional.

¿Cuál es el agravio comparativo que denunciáis?
Tenemos un Estado absolutamente insensible con las entidades sin ánimo de lucro, los clubs deportivos... El problema que tiene Catalunya es que aquí la densidad es mucho más elevada. Prácticamente el 40% del deporte que se practica en el estado español se hace aquí, en Catalunya. Y estos prejuicios son el impuesto de sociedades, el IVA del 21% cuanto antes era del 8%, la Seguridad Social para aquellos voluntarios que no llegan a los 400€ en el mes o la ley de blanqueo de capitales. La licencia única ha causado un perjuicio brutal a las federaciones catalanas, porque la ley te obliga a pagar por todas las licencias, practiquen o no deporte a nivel español. Eso es un agravio. La Federación de Triatlón, por ejemplo, ha pasado de pagar unos 8.000€ anuales a casi 150.000€. El perjuicio es que las federaciones españolas prácticamente no invierten en Catalunya ni en sus deportistas. Es dinero a fondo perdido. Eso se le ha manifestado muchas veces al gobierno del Partido Popular, siempre te dicen que sí y hacen buena cara, pero al final no hacen nada.

¿Por qué hay tanta diferencia entre el nivel deportivo en Catalunya y el de España?
Porque tenemos un tejido asociativo muy potente que ayuda y tutela al deportista desde pequeño para darle salidas. Eso está estructurado y arreglado para maximizar las posibilidades de éxito. El entorno de los clubs está formado por 3,5 millones de personas y eso quiere decir que el 50% de la población forma parte de algún club deportivo sin ánimo de lucro. Tenemos mucha base y eso nos permite salir adelante. Hay aproximadamente 2 millones de licencias federativas en España y 700.000 están en Catalunya.

¿El deporte catalán puede ser independiente?
Después de ver algunas declaraciones de los consellers en el exilio donde decían que no estaban lo suficiente preparados pensaba: "A ver si los únicos que estábamos realmente preparados éramos nosotros". Porque hicimos todos los deberes. El Govern nos encomendó la tarea de cómo tiene que ser el deporte en una Catalunya independiente. Redactamos una ley, el código del deporte, que aprobamos en asamblea. Reactivamos el Comitè Olímpic Català y participó en la campaña por el referéndum, solicitando al Comitè Olímpic Internacional la adscripción si ganaba el 'sí' el 1 de octubre. Todo eso ha quedado en standby, porque no podemos ir por delante del Gobierno.

¿Y tiene estructuras para serlo?
Si mañana dijeran que Catalunya es un Estado independiente, lo tenemos todo preparado para que las federaciones catalanas se puedan adscribir a las internacionales, hemos estudiado todo los estatutos, tenemos todos los contactos y sabemos cuáles son los pasos legales, formales y procesales que se tienen que hacer. También hemos reconstituido el COC y lo hemos adaptado a la normativa legal internacional. Hemos adaptado la carta olímpica a nuestros estatutos, hemos hecho elecciones y tenemos un mandato en vigor. Hemos agrupado todas las legislaciones que había para hacer nacer el código del deporte después de varias comparaciones con los países europeos. Hemos hecho los deberes y estamos preparados. Sólo había que pulsar el botón para ser formalmente un estado 'ultrapotente'. Tendríamos una capacidad de éxitos deportivos brutal.

Sólo había que pulsar el botón para ser formalmente un Estado 'ultrapotente'

¿Cómo beneficiaría la independencia de Catalunya al deporte catalán?
La ventaja que tiene ser independientes es que, por parte de España, se liberarían plazas y habría opciones para los deportistas españoles que ahora son terceros, cuartos o quintos de ir a los Juegos Olímpicos. Y por nuestra parte igual. Tenemos estudios económicos del impacto de la independencia y estudios numéricos cuantificando los éxitos deportivos. Tendríamos once medallas olímpicas y más de 300 deportistas. Los centros de tecnificación ya están preparados: tenemos los de las federaciones y el de Sant Cugat.

¿Habéis notado un descenso de inversión en el sector del deporte en Catalunya?
Sí se ha notado, y ha habido temor, el tema de los patrocinadores. En la Festa de l'Esport, ha habido algún patrocinador, sin decir nombres, que han preferido no estar porque era la Festa de l'Esport Català. Me da la sensación, tal y como pasa con las crisis económicas, que hay mucho aprovechado y oportunista.

¿Habéis tenido problemas para defender el derecho a decidir?
Esta es nuestra línea desde la primera reunión del Pacte Nacional pel Dret a Decidir. Y en este posicionamiento todo el mundo se ha sentido cómodo. Decir 'sí' al derecho a decidir no es decir 'sí' a la independencia de Catalunya. Como Unió de Federacions no podemos decir que estamos a favor de la independencia o estamos en contra porque no es lo que se nos ha encomendado. Y por eso no hemos entrado en campañas.

¿Qué apoyos de deportistas habéis recibido después de vuestro posicionamiento público?
Enviamos los comunicados a los 12.500 clubs por si quieren hacer difusión. Recibimos el 90% de felicitaciones, pero también hemos recibido algún correo que nos pide que no enviemos cosas políticas. Está la sensación de que el deporte tiene que quedar al margen de la política. ¿La sanidad queda al margen? ¿La educación? La política, al final, es la gestión de la cosa pública. Y el deporte tiene que ser una cosa pública. Creo que es importante que el gobierno se lo crea y si hay inversión, hay política. Una de las grandes ventajas que han demostrado los dirigentes deportivos políticos es que, a pesar del color, siempre se han puesto de acuerdo. Y eso en otros departamentos no se puede decir. Lo que tenemos que hacer las instituciones es enmarcarnos en unas líneas. Las nuestras son el derecho a decidir, la defensa de nuestras instituciones y los derechos humanos.

Una de las grandes ventajas que han demostrado los dirigentes deportivos políticos es que, a pesar del color, siempre se han puesto de acuerdo

¿Habéis echado de menos más implicación de deportistas populares, como pueden ser los futbolistas, en la defensa de la democracia?
No, a los deportistas no se les puede pedir eso. El deportista está focalizado en alcanzar su objetivo y este es tener éxito en su disciplina. Además, tenemos que protegerlos porque es fácil manipularlos y que sufran las consecuencias, hacia un lado o el otro. Es bueno que se expresen, pero nosotros siempre protegemos su libertad de expresión y les damos cobertura, por eso somos los representantes del mundo del deporte.