Joan Laporta se enfrenta a una de las decisiones más importantes para el futuro del FC Barcelona: quién será el heredero de Robert Lewandowski como delantero centro del equipo. Con el polaco cerca de los 37 años, la dirección deportiva liderada por Deco ya está explorando el mercado en busca de un relevo generacional. Uno de los nombres que ha aparecido con fuerza es el de Erling Haaland, pero desde varios sectores del entorno blaugrana se han levantado voces que desaconsejan esta operación.

En los últimos meses, Haaland ha sido objeto de críticas en Inglaterra debido a su rendimiento con el Manchester City. A pesar de su estatus como uno de los mejores goleadores del mundo, el noruego ha atravesado un periodo de sequía que ha despertado dudas sobre su impacto en el juego del equipo de Pep Guardiola. No solo ha bajado su efectividad de cara al gol, sino que su aportación en la construcción ofensiva del equipo ha sido prácticamente nula, lo que ha llevado a algunos analistas a considerar que el sistema del City funciona mejor sin un 'nueve' fijo como él.

Estos argumentos han llegado a los despachos del Barça, donde hay quien considera que apostar por Haaland sería un paso atrás en lugar de una mejora respecto a Lewandowski. El polaco, a pesar de su edad, sigue siendo un delantero completo, capaz de marcar diferencias no solo por sus goles, sino también por su capacidad para participar en la creación de juego, arrastrar defensas y generar espacios para sus compañeros. Cambiar a Lewandowski por Haaland, según algunos consejeros cercanos a Laporta, podría comprometer la identidad futbolística que el Barça ha recuperado con Hansi Flick en el banquillo.

Haaland, després de l'empat del Manchester City contra el Feyenoord / Foto: EFE

El coste de la operación también es un factor clave. Fichar a Haaland implicaría no solo un traspaso multimillonario, sino también un salario astronómico, algo que podría poner en jaque las ya delicadas finanzas del club. Además, se apunta a que el noruego, a pesar de su capacidad goleadora, no encaja del todo en el estilo de juego asociativo que caracteriza al Barça. Su perfil es más directo y explosivo, características que, si bien útiles, podrían chocar con el ADN del equipo.

Sin embargo, no todos están en contra de la idea. Para Laporta, traer a un jugador del calibre de Haaland significaría no solo reforzar la delantera, sino también enviar un mensaje al fútbol mundial de que el Barça sigue siendo un destino de élite para las grandes estrellas. El debate está abierto y, mientras tanto, el club sigue monitorizando otras opciones en el mercado, como Jonathan David o Viktor Gyokeres, cuyo perfil podría encajar mejor en el proyecto de futuro.

Por ahora, Laporta tendrá que sopesar si asumir el riesgo de fichar a Haaland es la mejor opción para garantizar el éxito a largo plazo o si el club debe buscar alternativas más ajustadas a sus necesidades deportivas y económicas.