El clásico entre el Barça y el Real Madrid programado para el sábado 26 de octubre se jugará el miércoles 18 de diciembre. Este viernes, los dos clubs han hecho oficial a través de comunicados prácticamente simultáneos su predisposición a jugar en esta fecha después de que el Comité de Competición de la Real Federación Española haya decidido aplazar el duelo por miedo a la manifestación de protesta por la sentencia.
Aunque todavía no es oficial, el hecho de que el Barça y Madrid se hayan puesto de acuerdo implica que el clásico se jugará el 18-D. En caso de que no hubiera habido consenso, el Comité habría decidido una fecha de manera unilateral.
La decisión de jugar el partido en diciembre no gustará al ultraderechista Javier Tebas, el presidente de la Liga. El miércoles pasado, su organismo pidió que el Barça-Madrid se disputara en el Santiago Bernabéu para evitar que el Camp Nou se convirtiera en objeto de reivindicaciones independentistas, un hecho que el club blaugrana no estaba dispuesto a aceptar.
Finalmente, el Comité de la RFEF ha decidido aplazarlo y ha dejado la decisión de acordar la fecha en manos de los clubs, que muy pronto han decidido que el 18-D es el día oportuno. El problema, sin embargo, es que en esta semana hay programados partidos de la Copa del Rey, de manera que el Barça, el Madrid y sus respectivos rivales al torneo del KO tendrán que adaptar su calendario.
A Tebas la estrategia no le ha podido salir peor: el clásico no se jugará en Madrid y, además, se celebrará en una fecha que él no quería. Si no lo impide, la RFEF le volverá a ganar la partida.