La denuncia que el Barça interpuso a la Guardia Civil por supuestas irregularidades en los boletos del voto de censura impulsado contra Josep Maria Bartomeu trae cola. Una de las primeras personalidades en reaccionar a este hecho fue la diputada de JxCat y exdirectiva y socia del club, Elena Fort, quien dejó bien claro que emprendería acciones legales contra la entidad blaugrana si esta entregaba sus datos a la Benemérita.
Más tarde, llegaron varapalos de hombres como Xavier Sala-i-Martin –"dejad de hacer el primo", dijo–, o de Jordi Farré, uno de los impulsores de la moción, quien definió la acción de la directiva de Bartomeu con una palabra: "Asco". No le faltaba razón, y es que más tarde el abogado contratado por el Barça para este caso, Eloi Castellarnau, explicó que sólo tenía constancia de 5 firmas falsas. Surrealista.
El último protagonista en sumarse a la fiesta ha sido Drets (Derechos), la asociación de juristas que defiende la sociedad catalana de ataques de odio. En un breve pero conciso tuit, la asociación ha dejado claro que emprenderá las acciones legales necesarias para defender a los socios del Barça a los cuales se les haya vulnerado la privacidad dando sus datos a la Guardia Civil.
Bartomeu no para de sumar ridículos y ahora también tiene en contra un colectivo catalanista que, entre otros, lucha por la liberación de los presos políticos. Mientras su jefe de servicios jurídicos hace el ridículo en varios medios de comunicación del país –y también en las redes– el presidente esconde la cabeza bajo el ala a la espera de un giro imposible de los acontecimientos que le salve la silla.