Suerte que ya ha acabado la Liga Santander. La competición de los despropósitos y de un Barça que no ha querido levantar el título ha acabado con una victoria de mínimos contra el Eibar en Ipurua (0-1). El gol de Antoine Griezmann en los minutos finales ha sido definitivo.

Un Barça nuevamente decepcionante

Era de esperar que no fuera el mejor partido de la temporada, pero ha sido peor del esperado. No eran ni Leo Messi ni Pedri, de vacaciones, ni Ter Stegen, lesionado, ni Piqué ni Jordi Alba, en el banquillo. El equipo más suplente posible con Griezmann i Dembélé de referente. Y con eso ya está todo dicho.

Desde el primer minuto el colista, el Eibar, ha controlado el partido, ha tenido las ocasiones, y ha puesto contra las cuerdas a un Barça descentrado, sin alma competitiva ni orden. Ronald Koeman no es que no haya sabido motivar a sus futbolistas por un último trámite a la Liga, sino que no les ha sabido ni situar sobre el césped.

Ronald Koeman en el banquillo de Ipurua / EFE

El Barça se ha perdido una vez y otra en Ipurua. Y cuando pensaba que tenía el dominio del juego e intentaba hacer daño en velocidad, entre ellos no se han entendido. Imprecisiones en abundancia. Todos retratados. Tampoco se ha salvado un Busquets que ya piensa en la Eurocopa.

Una genialidad de Griezmann

Y vistas las pocas ganas de algunos, Koeman se ha visto obligado a hacer un triple cambio al descanso. Fuera Junior, Mingueza y Trincao, y hacia dentro de Jordi Alba, Umtiti y Braithwaite. Más tarde ha entrado Riqui Puig por el lesionado Ilaix Moriba. Y hacia el final ha sido el turno de Pjanic.

Pero es que suerte que ha habido cambios porque el Barça ha sido insuficiente y limitado. No es que no hubiera nada en juego, sino que los azulgranas no han tenido ni la calidad ni las ganas en ningún momento. A pesar de parecer que con los cambios de la media parte podían dar un paso adelante y buscar el gol de la victoria, ha sido un espejismo. El partido ha vuelto a la somnolencia que ya había ofrecido durante toda la primera mitad.

Antoine Griezmann durante una acción del partido contra el Eibar / EFE

Pasaban los minutos y los dos equipos ya se conformaban con el empate. Los unos porque confirmaban la tercera posición, y los otros porque ya no podían evitar el descenso. Pero ha aparecido Griezmann en una ocasión de fortuna en el minuto 81 y ha hecho un golazo de volea que ha decantado el partido.

El Barça ha acabado la Liga con una pobre victoria gracias a un detalle de calidad de Griezmann. Pero no se ha merecido ni eso. Final de una temporada para olvidar del Barça. Y muchos de los futbolistas que han disputado este partido a Ipurua ya no jugarán más partidos con el Barça.

 

Imagen principal: Griezmann jugando una pelota durante el partido contra el Eibar / EFE