No hace tanto, hacían un paréntesis para dejar de compartir vestuario, pero el azar y el fútbol les ha destinado a verse las caras de nuevo, y esta vez, como rivales. Leo Messi y Kylian Mbappé, Kylian Mbappé y Leo Messi. Con el permiso de otros iconos, argentino y francés se han destacado como los mejores jugadores del Mundial de Qatar 2022 y, aparte de la batalla por la anhelada Copa del Mundo y por la Bota de Oro, este domingo estará en implícita disputa otro galardón.

Gran parte del Balón de Oro, en juego en la final del Mundial de Qatar

La incertidumbre cierne en el aire respecto a la final. Francia llega como la vigente campeona y sin haber dado sensación de tambalearse en ningún momento. El equipo de Deschamps cede la posesión del balón, se deja dominar, e incluso a pesar de haber estado contra las cuerdas en alguna ocasión, se sabe prácticamente inexpugnable. Bajo palos tiene a un candado llamado Lloris que de bleu se transforma, en el eje defensivo tiene multitud de alternativas de máxima fiabilidad que en nada deja el virus del camello, y con los cuatro de arriba, sabe puede matar cualquier partido en un par de jugadas aisladas.

Kylian Mbappé, celebrando uno de sus dos goles durante el Francia - Polonia de octavos de final / Foto: EFE - Abedin Taherkenareh

No obstante, en la final del Mundial tendrá en frente algo más que a un equipo renacido. Se enfrentará contra un destino que parece que quiera el más poético de los finales para Leo Messi. Que el de Rosario es uno de los mejores de todos los tiempos no es ningún secreto para nadie, pero si conquista un Mundial, sería el broche de oro para una carrera extraterrestre.

Una final diferencial

Argentina llegaba a la cita con una de las mejores dinámicas que se recuerdan. Después de su último triunfo ante Jamaica en Nueva Jersey, los de Scaloni ya iban por 35 en el recuento de partidos imbatidos. Con todo, Arabia Saudí abrió su telón mundialista y bajó sus buenas vibraciones de manera rotunda. Inicio con derrota, se puede decir que humillante, contra una selección con el (falso) cartel de ser una de las más débiles del torneo. Sea como fuere, a partir de entonces, de vuelta a aquello que en Nueva Jersey se quedó. Con los resultados, la albiceleste ha recuperado la fe, y con un Messi con la flechita para arriba, no se atisba ninguna Arabia que le saque de su burbuja.

Leo Messi, celebrando su gol ante los Países Bajos / Foto: EFE

Así pues, será una final diferencial. Con el ganador ya decidido, los dos astros volverán a París con la balanza ya decantada. Regresará la Champions, y excepto improbable diferencia sideral entre el rendimiento de ambos, el que levante la Copa del Mundo, levantará el Balón de Oro siempre y cuando Haaland no siga marcando todo lo que toca. El uno ensalzaría todavía más su legado por los siglos de los siglos. Es más probable que se empiece a jugar con doce jugadores que ver a otro futbolista igualando los hipotéticos ocho Balones de Oro que el astro argentino podría alcanzar. Mientras tanto, Mbappé se prepara para heredar el trono y podría empezar a asaltarlo el 18 de diciembre de 2022 en Lusail. Veremos.