Antes de comenzar la temporada, las expectativas sobre el rendimiento que podría tener el Mallorca este curso eran muy bajas. El conjunto bermellón venía de luchar por evitar el descenso, se quedaba sin Javier Aguirre y no disponía de dinero para reforzar la plantilla. De hecho, el Mallorca ingresó 14 millones de euros, por los traspasos de Rajkovic, Giovanni González y Amath Ndiaye, mientras que solo pudo invertir 2,3 millones, para incorporar a Johan Mojica y Robert Navarro, a los que se añadieron las cesiones de Chiquinho y Valery y las llegadas de Asano y Morey como agentes libres.
El elegido para dirigir al equipo fue Jagoba Arrasate, que después de 6 años en Osasuna decidió cambiar de aires, buscar nuevos retos, y el que le esperaba en Son Moix era de los grandes, construir un equipo compacto sin prácticamente recursos.
Un Mallorca muy fiable
El Mallorca empezó a lo grande, logrando un empate contra el Real Madrid en la primera jornada, aunque después tuvo problemas, ya que perdió en Pamplona y no pasó del empate contra el Sevilla. En la siguiente jornada sumó su primera victoria, en Leganés, aunque después cayó en casa contra el Villarreal. Pocos esperaban lo que estaba por llegar.
En la 6ª jornada, el Mallorca se impuso a la Real Sociedad, gracias a un gol de Abdón Prats, iniciando una espectacular racha de 4 victorias en 5 partidos que le catapultaron en la clasificación. Luego llegó un pequeño bajón, al perder contra el Alavés y el Atlético de Madrid, aunque después los bermellones volvieron a resurgir, al ganar al Las Palmas y al Valencia. Y es que el Mallorca recibirá al Barça en la 6ª posición y siendo el 4º mejor equipo a nivel defensivo, un hueso duro de roer.
Un hueso duro de roer para un Barça dubitativo
Y es que al Barça le espera un rival durísimo, con el sello de Arrasate. El entrenador no tiene unos números excesivamente buenos contra el Barça, ya que ha perdido 8 de las 12 veces que se ha enfrentado a los blaugrana, aunque en prácticamente todos, el resultado ha sido ajustado. En los 4 últimos, por ejemplo, el Barça se impuso 1-2, 1-0, 1-2 y 1-0, la demostración de que Arrasate no da tregua.
A todo ello hay que añadir el escenario, Son Moix, en el que el Barça se ha acostumbrado a sufrir. La temporada pasada, sin ir más lejos, no fue capaz de pasar del empate, un 2-2 que tuvo que sudar. Y las dos últimas visitas terminaron 0-1 y pidiendo la hora. El Barça tiene por delante un enorme reto para romper la mala dinámica en la Liga, en la que suma 1 punto de los últimos 9, una fuga que hay que cortar ya.