El Barça sigue trabajando para reforzarse la próxima temporada. Aunque Xavi Hernández aún tiene la misión de recuperar la segunda plaza, un objetivo que parece más asumible después del empate del Girona contra el Alavés, Joan Laporta ya está pensando en qué jugadores traer. Y en la cabeza del presidente hay dos posiciones claras a reforzar, el pivote y el extremo izquierdo.
El mediocentro ha sido uno de los grandes males del conjunto blaugrana esta temporada. Después de la salida de Sergio Busquets, la dirección deportiva no ha sido capaz de traer a un reemplazo de garantías. Por ello, Deco ya está trabajando en atar a Guido Rodríguez como fichaje low-cost, y con la idea de traspasar a Oriol Romeu, además de traer a una estrella como Martin Zubimendi o Joshua Kimmich. En el extremo, en cambio, está claro que el elegido es Nico Williams.
El Barça confía en traer a Nico
Aunque la operación pueda parecer imposible, tanto el jugador como su entorno están interesados en poder vestir de blaugrana, según Sport. Las relaciones entre ambas partes son fluidas, y el hecho de que el Athletic Club de Bilbao se quede sin disputar la próxima Champions League juega a favor del Barça, que puede ofrecerle al jugador una forma de seguir progresando en su carrera.
Aunque Nico tiene mucho amor por los vascos, como demuestra el hecho de que renovase este año para que su salida no fuese gratuita para el club, la promesa por parte de Xavi de que será un jugador estratégico puede acabar de convencerle. La cuestión, entonces, es cómo hacer frente a los 50 millones de euros que pide el Athletic, ya que es la cifra que tiene de cláusula. Con el objetivo de reducir el precio en una negociación, el Barça está dispuesto a ofrecer algún jugador. Y el que más encaja por filosofía de club y para los planes de Ernesto Valverde es Íñigo Martínez.
Íñigo Martínez, vuelta a casa
El central vasco llegó al Barça esta temporada, después de acabar su contrato con el Athletic. A pesar de ser uno de los líderes del vestuario, no aceptó las ofertas de renovación que le hizo el club y acabó abandonando San Mamés para marcharse a Barcelona. Aunque no pudo jugar los primeros meses por lesión, fue importante en muchos tramos de la temporada.
Hasta que llegó Pau Cubarsí. El joven central fue toda una irrupción en la defensa blaugrana, convirtiéndose en un fijo a los 17 años. El bajón en el rendimiento de Íñigo, que no fue capaz de dar la talla en las eliminatorias de Champions, le relegaron al banquillo. Ante el poco protagonismo que ha tenido, el Barça no descarta dejarlo salir. Y teniendo en cuenta lo importante que fue en Bilbao, no sería de extrañar que Valverde aceptase su llegada para facilitar la venta de Nico Williams.