Josep Maria Bartomeu ha dicho basta y ha decidido cesar el que hasta ahora veía como "el mejor entrenador para el Barça". Las dudas que desde hace meses desprende el equipo, el juego irrisorio y la poca personalidad encima del terreno de juego han acabado con la paciencia de la directiva blaugrana, que ha decidido dar por finalizada la etapa de Ernesto Valverde como entrenador del conjunto catalán.

La afición respira aliviada al ver que, por fin, se ha hecho caso a sus reivindicaciones de sacar del banquillo culé al Txingurri Valverde. La gran mayoría de los socios blaugrana coinciden en culpabilizar al entrenador extremeño de la mala dinámica del equipo y del pésimo espectáculo que ofrecen los jugadores en el campo.

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Una situación anómala

La destitución de un entrenador a media temporada es una situación anómala en can Barça. Por suerte (o por desgracia) el club blaugrana tiene por costumbre dar continuidad a sus técnicos, como mínimo, hasta el final de curso. Nos tenemos que remontar al año 2003 para ver una destitución de un entrenador antes que finalizara la campaña: aquel año, el técnico cesado fue Louis Van Gaal.

El holandés, en su segunda aventura en el banquillo culé, fue despedido el 26 de enero de 2003 después de perder contra el Celta y ocupar la 12ª posición en la Liga. El entonces presidente Joan Gaspart decidió colocar al frente del banquillo a Jesús Antonio de la Cruz Gallego (para un partido), miembro del cuerpo técnico de Van Gaal, y posteriormente al serbio Radomir Antic, que dejó el club a finales de aquella misma temporada consiguiendo la clasificación para la copa de la UEFA en la última jornada.

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El camino a la gloria

La temporada 2003/04 significó un punto de inflexión para el club blaugrana. La entrada de una nueva directiva provocó un giro de 180° en la dinámica que había habido hasta el momento. Un proyecto estimulante, encabezado por Ronaldinho en el terreno de juego y Frank Rijkaard en el banquillo, que dio luz a la oscuridad precedente.

Desde la llegada de Rijkaard, ningún entrenador había sido despedido por el club antes de finalizar la temporada. El técnico holandés se marchó por la puerta de atrás al acabar la temporada 2007/08 y Pep Guardiola ocupó su lugar dando al Barça los mejores años de su historia. Agotado, el de Santpedor dejó el banquillo del Camp Nou a su buen amigo Tito Vilanova en la temporada 2012/13, siendo uno de los cursos más difíciles por la enfermedad que sufría el preparador catalán.

En la temporada 2013/14 el Barça dio las riendas del equipo al argentino Tata Martino, que pasó por el club sin pena ni gloria. Al año siguiente, Luis Enrique, actual seleccionador español, empezó su periplo como entrenador en el club donde había militado como jugador. Durante tres años el asturiano dirigió al conjunto catalán, dejando el cargo al final de la temporada 2016/17. El sucesor elegido fue Ernesto Valverde.

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Los desastres que han sentenciado a Valverde

El cuestionamiento de la continuidad del Txingurri en las filas culés viene, casi, desde la primera temporada, debido principalmente a grandes traspiés de los blaugrana en Europa. El fracaso de Roma en los cuartos de final de la Champions y el desastre en las semifinales contra Liverpool del curso pasado hicieron correr ríos de tinta preguntándose si Valverde era el técnico adecuado para el Barça, y se dudaba de las capacidades del entrenador para gestionar el vestuario.

La derrota en la Supercopa de España ha sido la gota que ha hecho colmar el vaso, que ya estaba muy y muy lleno. Valverde se va con dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa española. Números correctos que no han estado nunca acompañados del juego que esperaba la afición del Camp Nou. Finalmente se ha acabado la paciencia y dos años y medio después de empezar, Valverde ha sido despedido.