El Barça sigue soñando con Leo Messi, y creen que es más posible que nunca poder traerlo de vuelta. Porque después del nuevo ridículo del Paris Saint-Germain en la Champions League, y de todas las críticas que está recibiendo, parece realmente improbable que acabe renovando su contrato, el cual expira en el mes de junio. Y esta situación será aprovechada por Joan Laporta y por Mateu Alemany para conseguir que regrese a casa después de dos años de irse.
De momento, ya le han trasladado una propuesta formal, donde le pedirían que jugara dos años cobrando el salario mínimo, pero a cambio se quedaría con todo el dinero que genere el partido de homenaje que está previsto hacerle. Aunque antes tendrán que conseguir rebajar la masa salarial, y hacer espacio al astro argentino. Y la primera víctima que se cobraría es un Raphinha que no ha conseguido convencer con el rendimiento que ha ofrecido en sus primeros meses en La Liga Santander.
Claramente está muy por debajo de las expectativas, y en el Camp Nou no ha dejado de generar dudas. Para colmo, la relación que tiene con Xavi Hernández es realmente mala, sobre todo a raíz del episodio que protagonizó en el choque frente al Manchester United en la Europa League. Dejó una imagen lamentable, y que el entrenador catalán no perdona, motivo por el cual es un firme candidato a hacer las maletas. Pero a cambio pedirán recuperar la inversión que realizaron por él.
Con este traspaso, la intención es obtener unos 60 millones de euros, y dejarían una taquilla libre en el vestuario. Mientras que con la salida de Anssumane Fati también confían en poder obtener una cantidad de dinero interesante, y en especial, dejar libre el dorsal ‘10’, que evidentemente estaría reservado para Messi. A pesar de que en el PSG ha lucido el ’30’, el mismo número con el cual comenzó su carrera en la élite, no se contempla que en el Barça no lleve el dorsal que llevó durante más de una década, después de dejar el ‘19’.
Aparte, no es ningún secreto que la relación que tiene con el internacional español es realmente mala, y durante los últimos meses que coincidieron no podían ni mirarse a la cara.
Messi, con celos de Fati
La primera razón por la cual Messi no soportaba a Fati era por el hecho de que le estuviera robando el protagonismo, y hubiera pasado a ser el nuevo ídolo de una gran parte de la afición.
Sin obviar el hecho de que abandonara a su padre, Jorge Messi, para cambiar de representante y marcharse con Jorge Mendes.