Red Bull está en el punto de mira de la FIA. Después de que hace unos días se filtrara que el máximo organismo de la Fórmula 1 sospechaba que un equipo, sin especificar el nombre, estaba infringiendo gravemente la normativa al modificar la altura del coche entre la calificación y la carrera, lo que está totalmente prohibido, la BBC apunta a que el equipo que habría llevado a cabo esta práctica es Red Bull. "Cualquier ajuste de la altura está terminantemente prohibido y aunque no haya reportes de ningún equipo que emplee un sistema así, se vigilará”, han explicado desde la FIA.

El problema es concretar qué ventaja ha podido lograr Red Bull y desde qué Gran Premio, ya que el liderato de Max Verstappen podría entrar en serias dudas. A falta de cambios importantes, todo parece indicar a que la FIA solo va a vigilar que Red Bull, o el equipo que lo esté haciendo, deje de variar la altura de sus monoplazas, mientras que no habrá sanciones.

La FIA tiene a Red Bull bajo sospecha / Foto: Europa Press

El escándalo de los frenos asimétricos

El escándalo se añade al gran revuelo que se produjo en verano, cuando la FIA decidió prohibir el uso de los frenos asimétricos, el gran secreto de Red Bull para ser tan superior al resto de equipos. Para muchos expertos, este movimiento es el que explica que Red Bull perdiera su magia de forma tan repentina. Según algunas informaciones, Red Bull llevaba empleando los frenos asimétricos desde hace 2 temporadas y, aunque la FIA ya no podía variar las clasificaciones de los Grandes Premios ya disputados, el daño reputacional sobre la competición era muy elevado.

A pesar del gran revuelo, el asunto quedó guardado en un cajón, con un Red Bull menos competitivo y con la emoción volviendo al Mundial. El escándalo de la variación de la altura de los monoplazas, pues, es un golpe duro para la competición, ya que los resultados de Red Bull vuelven a estar en entredicho.

Max Verstappen, en un Gran Premio de esta temporada / Foto: EFE

Red Bull admite el uso del dispositivo, pero niega que le beneficie

Ante el aluvión de sospechas, Red Bull ha querido salir al paso con unas declaraciones de un portavoz, que ha admitido el uso del dispositivo, aunque con matices. "Sí, [el dispositivo] existe, aunque es inaccesible una vez que el coche está completamente montado y listo para circular. En la numerosa correspondencia que hemos mantenido con la FIA, esta pieza ha surgido y hemos acordado un plan para seguir adelante", ha explicado.

Lo que está claro, es que Red Bull no va a poder usar el dispositivo en el Gran Premio de los Estados Unidos de este fin de semana, por lo que hará que ver cuál es el rendimiento de los monoplazas, si empeora o no, un indicativo interesante para saber si el portavoz de Red Bull está en lo cierto o no.