España no ha empezado de la mejor manera la organización del Mundial de Fútbol del 2030, que acogerá conjuntamente a Portugal y Marruecos. Todo saltó por los aires el pasado lunes, cuando el diario El Mundo publicó unos excels que demostraban que la RFEF había manipulado la valoración de algunas candidatas a ser sedes, un cambio de puntuación que dejaba fuera a Balaídos, estadio del Celta de Vigo, en beneficio de Anoeta, estadio de la Real Sociedad.
La RFEF sigue sin dar explicaciones, aunque este miércoles ha llegado el primer golpe de efecto, al anunciarse la dimisión de María Tato, presidenta del Comité de Organización del Mundial 2030. Antes de comunicación su decisión, la dirigente ha presentado un informe sobre los criterios aplicados para decidir las 11 sedes españolas que se presentaron a la FIFA.

Vigo se siente perjudicada y exige explicaciones
La única reacción a la noticia adelantada por El Mundo llegó desde Vigo, la ciudad perjudicada, a través de su alcalde, el socialista Abel Caballero. El dirigente hace años que mantiene una lucha abierta con Rafael Louzán, actual presidente de la RFEF y expresidente de la Diputación de Pontevedra, por el Partido Popular. "Estoy enfado, como toda la ciudad, que está indignada. Estamos viendo las calificaciones y el oscurantismo es cada vez mayor. Está siendo un esperpento. Quiero que den todas las explicaciones y toda la información. El 25 de junio, Vigo era sede del Mundial y dos días después dejó de serlo”, afirmó el alcalde en El Partidazo de la COPE.
"No sé qué pasó y lo tienen que explicar. Nosotros lo supimos porque lo dijo Louzán en Riazor el 5 de julio y le preguntamos por qué y nos dijo que tuvo los resultados más bajos en cuanto a estructura financiera; y nosotros no tenemos ninguna deuda. Luego nos dijeron que fue porque no fuimos de la mano de la Federación Gallega, algo que no era un requisito”, añadió.

La RFEF guarda silencio, a la espera de una rueda de prensa
Desde la RFEF, mientras, guardan silencio. Este martes, sin ir más lejos, Rafael Louzán asistió a la presentación de los actos del 125º aniversario de la Federació Catalana de Futbol. En su salida, el dirigente fue preguntado sobre el asunto por los medios de comunicación, pero se negó a dar ninguna explicación. Y lo mismo ocurrió con Pablo Prieto, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, también presente en el acto. El dirigente tuvo varios micrófonos delante para dar alguna explicación, pero optó por el silencio.
Algunas fuentes apuntan a que la RFEF tiene previsto celebrar una rueda de prensa para esclarecer los hechos, conscientes de que la imagen que se está dando no es la mejor.