No hay excusas que valgan. Con la derrota en el Camp Nou, el Espanyol es a todos los efectos equipo de Segunda División 26 años después por culpa de una temporada desastrosa y en la que no ha habido capacidad de reacción ni de los jugadores, ni de los entrenadores, ni del club.

Vuelven a Segunda 26 años después

Las expectativas al empezar la temporada eran muy altas. Se volvía a Europa 12 años después y habiendo mostrado un gran juego sobre el césped que provocó las salidas de Borja Iglesias, Mario Hermoso y Rubi.

Confianza con David Gallego

El entrenador catalán fue uno de los grandes artífices de los éxitos blanquiazules y su marcha al Betis, no sería fácil de suplir. Desde la dirección deportiva se optó por confiar en David Gallego, un hombre de la casa, que conocía la cantera y que tenía unas grandes expectativas después de su breve etapa en 2018.

David Gallego en el banquillo del Espanyol

Cuando el Espanyol destituyó a Quique Sánchez Flores, Gallego ocupó el banquillo blanquiazul de manera interina y consiguió 13 de 15 puntos posibles. En el segundo periodo como técnico perico, el bagaje fue desastroso: una victoria en ocho jornadas.

Machín no reaccionó

La dirección deportiva pensó en Pablo Machín cómo el gran hombre al rescate y su experiencia previa lo avalaba. Pero ni con Machín el Espanyol conseguía salir del pozo del descenso. Dos meses y medio después y con sólo cuatro victorias en 15 partidos, el de Soria fue destituido.

Pablo Machín hace indicaciones durante un partido

Abelardo se quedó sin tiempo

El tiempo cada vez era menor y se contrató a Abelardo como el salvador. El asturiano tenía la fama de haber vivido situaciones así con el Sporting y el Alavés y los resultados había sido el deseado: mantener la categoría. Pero ni así. Abelardo dirigió 17 partidos como entrenador del Espanyol y en la Liga consiguió 3 victorias y 5 empates en 13 partidos.

Abelardo fue el tercer entrenador de la temporada

Rufete despidió a Abelardo y decidió ponerse él mismo de entrenador para las últimas siete jornadas. El milagro con el alicantino tampoco se ha producido y la imagen que ha ofrecido el equipo ha sido muy pobre. Claramente, Rufete es uno de los grandes responsables de la pésima temporada del Espanyol.

El descenso no ha sido por cuestiones puntuales sino por un conjunto de situaciones que ha acabado superando al Espanyol. Los blanquiazules no estuvieron en descenso en la jornada 4 de Liga, pero en todas las otras sí. El mayor gasto de la historia del club, 59,5 millones de euros, tampoco fue suficiente para quedarse en Primera. El Espanyol ya es de Segunda, una categoría siempre complicada, pero contará, probablemente, con el mejor equipo la próxima campaña. Motivos para pensar con un ascenso dentro de un año.