El Espanyol vuelve a su identidad en una balsámica victoria contra el Celta (3-1). El conjunto perico regresa a la senda de la victoria en un Front Stage Stadium que se ha volcado con Manolo González tras el pitido final. El técnico gallego, al borde de las lágrimas, ha visto cómo los suyos han entonado cánticos con su nombre, demostrando que no solo el vestuario está con él, sino que también toda la afición.
Irvin Cardona abre la lata con una ejecución perfecta
Sensaciones antagonistas con las que encaraban el choque de este sábado Espanyol y Celta. Por parte del conjunto perico, venía de encajar una durísima derrota en el derbi contra el Girona (4-1) que incluso desató la rumorología en torno a la figura de Manolo. Por su parte, en la última jornada, el Celta consiguió empatar un 0-2 adverso contra el Barça para acabar sumando un punto ante el líder.
No obstante, el contexto ha quedado en segundo plano cuando el Espanyol se ha encontrado con su gente en el Front Stage Stadium. En casa es donde el combinado blanquiazul ha sumado 9 de los 10 puntos con los que llegaba a la cita y no tardaría en reencontrarse con la idea contra el Celta. Con el conjunto gallego llevando la voz cantante del partido, el rigor táctico de los locales ha llevado al Celta a acumular errores. Los visitantes no encontraban grietas en el sólido bloque perico y, a base de pérdidas y de interrupciones del juego, el Celta ha perdido la superioridad que demostraba durante los primeros minutos.
La primera mitad ha superado su ecuador con el Espanyol sintiéndose muy cómodo sin balón y esperando al contragolpe. Tanto es así, que en el 40', Irvin Cardona ha abierto la lata después de un córner celtiña. El francés ha armado una contra fugaz con Puado a su izquierda y Král y Jofre a su derecha. El 4 contra 3 a velocidad de vértigo parecía una ocasión única para el Espanyol, y aunque Cardona lo ha resuelto por la vía individual, lo ha hecho con una ejecución perfecta. Desde la frontal del área, tras una carrera de 91 metros, ha perforado la portería de Vicente Guaita con un disparo inapelable.
Cheddira restablece la tranquilidad
El partido se iba al descanso con una momentánea victoria local que era todo un tesoro, no solo para la moral del grupo, sino para la del propio Manolo González. Los astros se han alineado para deparar un destino redondo para el Espanyol, y es que Cabrera, que había sido el asistente de Cardona en el primero en área propia, ha hecho un golazo para duplicar la renta local (53')
A la salida de un córner servido por Pol Lozano, el propio central prolongaba hacia el segundo palo, pero un rechace de la defensa volvía a sus pies, enganchando el uruguayo un gran remate al que nada ha podido hacer Vicente Guaita. Con 2-0 a favor, el Espanyol ha dado un paso atrás para defender su botín y los ataques del Celta han empezado a convertirse en un asedio. En este contexto, Carlos Romero cometería un penalti sobre Mingueza que Iago Aspas convertiría en el 2-1 (83').
El Celta quería creérselo, pero 4 minutos más tarde, en una pelota a la espalda, Walid Cheddira restablecería la tranquilidad, batiendo a Guaita con pierna izquierda (87'). De esta manera, el Espanyol suma una balsámica victoria que lo sitúa con los mismos puntos que el Getafe, que marca la zona de descenso.