Las temporadas siguen y las polémicas se repiten. Y la de la sede de la final de la Copa del Rey es una de las más recurrentes. En febrero ya se empieza a especular con qué campo acogerá una final que se jugará el 27 de mayo. La Federación Española de Fútbol y los dos equipos, Barça y Alavés, tienen que llegar a un acuerdo en beneficio del espectáculo. A día de hoy, estas son las opciones:
Santiago Bernabéu y Camp Nou
Desde el punto de vista pragmático, lo más lógico sería que la final se disputara en los estadios con más capacidad. La Copa es un acontecimiento que moviliza buena parte de la masa social de los clubs. Y el partido empieza a disputarse desde primera hora de la mañana.
Es la cuarta final de Copa consecutiva del Barça. En todas ellas, el club ha acabado sorteando las entradas entre los socios porque la demanda superaba la oferta. Para el Alavés es la primera final copera en sus 96 años de historia. Un hito que hará que se supere cualquier expectativa. La afición, tal y como se demostró en la eliminatoria contra el Celta, está al lado de un equipo que hace cuatro años jugaba en Segunda División 'B'.
El Santiago Bernabéu, con espacio para 81.044 espectadores, es una de las opciones del Barça. El club ya pidió jugar en el campo del Real Madrid la final del 2012 y la del 2015, ambas contra el Athletic Club de Bilbao. En el 2012, Florentino Pérez se inventó una reforma en los lavabos para evitar ceder el estadio. En el 2015, un concierto de Bruce Springsteen le sirvió como excusa. Esta temporada no había nada programado pero Florentino ha vuelto a dejar volar su imaginación. En el acto de presentación del libro 'La Undécima, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes, el presidente blanco se ha negado a ceder el estadio: "En el Bernabéu no se puede jugar la final de Copa porque hay obras".
Ante la previsible negativa del club blanco, aparece un abanico de alternativas. Y el Camp Nou es una de ellas. El estadio del Barça, con capacidad para 99.354 personas, es la opción más sensata para albergar un partido de estas dimensiones. No sería la primera vez que el Barça juega una final de Copa en su campo. Sin ir más lejos, los blaugrana disputaron la final del 2015 en el Camp Nou contra el Athletic Club. Curiosamente, por culpa del sorteo, les tocó jugarla como visitantes.
San Mamés, descartado
San Mamés, estadio del Athletic de Bilbao, era la propuesta del Alavés. El campo, inaugurado el año 2013 y con 53.289 asientos, se quedará fuera de concurso a pesar de la voluntad del máximo accionista del club vitoriano. Josean Querejeta, justo después de conocer que serían finalistas, anunció en la Cadena SER que pedirían jugar el partido en el campo del Athletic: "La capacidad del Vicente Calderón y San Mamés es parecida, pero San Mamés es más moderno y nos coge más cerca. El Barça puede jugar muchas finales, nosotros no. Sería importante facilitar a nuestros aficionados su presencia en la final".
¿Por qué San Mamés está descartado? Por dos razones. La primera se remonta a finales del año pasado, cuando las Juntas Generales de Bizkaia rechazaron ofrecer el estadio para la final de Copa de esta temporada. La Diputación Floral de Bizkaia es uno de los propietarios de la sociedad que controla el campo, San Mamés Barria, donde todas las decisiones se tienen que tomar por unanimidad.
La segunda hace referencia a un concierto de Guns N' Roses. La banda norteamericana de rock actúa el 30 de mayo en el mismo estadio. El montaje del escenario y la preparación del campo impedirían la celebración de cualquier partido el 27 de mayo, porque requiere un mínimo de cinco días.
El factor emotivo de Vicente Calderón
El campo del Atlético de Madrid es una de las alternativas más viables a jugar al Bernabéu, a pesar de tener casi 30.000 localidades menos. Además, sería el colofón final a un estadio con más de 50 años y que está previsto que se derribe este verano, después de que el equipo se mude a su nueva casa: el Wanda Metropolitano. Con 54.907 espectadores, el Calderón ya acogió la última final de Copa del Rey entre el Barça y la Sevilla (2-0). Enrique Cerezo, presidente del Atlético, ya ha ofrecido el estadio a la Federación Española.
El modelo inglés
La polémica tiene fácil solución. Sólo hay que mirar a Inglaterra. La Asociación de Fútbol Inglés determina que todos los partidos decisivos que se celebran en competiciones bajo su tutela tienen lugar en el Estadio de Wembley. Un campo neutral y moderno, con capacidad para 90.000 espectadores y que no genera ningún tipo de debate entre el aficionado.
En Wembley se juegan las finales de la FA Cup, la Community Shield y la Capital One Cup. Además, el estadio se ha convertido en la casa de la selección inglesa de fútbol. Los equipos aceptan y conocen antes de debutar que la final se disputará en Wembley, un estadio situado a las afueras de Londres. Las comodidades del recinto, inaugurado el año 2012 después de una inversión de 1097 millones de euros, hacen que el espectáculo del fútbol adquiera una dimensión mayor.
En España se mira hacia otro lado. Cada año se repite el problema y no se hace nada para evitarlo. La Federación ni se plantea adquirir, remodelar o construir un campo neutral para enterrar una discusión que ya hace demasiado que dura.