Empate del Girona en el campo del Huesca en un partido donde ha ofrecido una segunda parte desconcertante (1-1). Los rojiblancos han dominado el primer tiempo y se han avanzado con un gol de penalti al estilo panenka de Cristhian Stuani. Después del descanso, sin embargo, Eusebio Sacristán ha querido volver a la defensa de cinco hombres, ha regalado la posesión a los aragoneses y finalmente ha visto cómo Gonzalo Melero hacía el empate, también desde los once metros.
Dominio estéril del Girona
Decía Eusebio en la previa del partido que su equipo podría disputar la posesión al Huesca, y así ha estado. El conjunto aragonés ha salido replegado y ha permitido, sin complejos, que el dominio de la pelota fuera para el Girona. Los rojiblancos han acumulado a sus jugadores más técnicos en el centro de campo, con Douglas Luiz, Pere Pons y Aleix y Borja Garcia como protagonistas. Con este escenario el Girona ha tenido el control, pero no las ocasiones. Sin inspiración, y delante de un Huesca muy intenso, las llegadas de los gerundenses se han limitado a disparos lejanos sin peligro.
El partido no invitaba al optimismo, pero entonces la agresividad ha pasado factura al Huesca. Primero, porque su lateral izquierdo, Carlos Akapo, se ha lesionado y ha tenido que entrar Xabier Etxeita en su lugar. Después, porque Jorge Pulido ha cometido un penalti inocente sobre Stuani. El uruguayo, que en este tipo de partidos tan duros se encuentra como pez en el agua, ha aprovechado la pena máxima y ha anotado su sexto gol de la Liga, esta vez con un lanzamiento al estilo panenka.
El gol ha espoleado al Huesca, que se ha lanzado sin miedo a buscar el empate. Casi lo consigue Chimy Ávila con una volea, pero Bono ha respondido con una gran parada. Cuando mejor estaba jugando el conjunto local, el árbitro ha señalado el descanso.
Paso atrás de Eusebio
La segunda parte ha empezado con un mensaje claro de Eusebio: Alcalá por Borja García. El entrenador del Girona ha sacrificado a su hombre más creativo y ha incorporado a un central para volver a la defensa de cinco. Automáticamente, el nuevo sistema se ha traducido en un paso atrás del equipo.
La estrategia de Eusebio no ha funcionado. El cambio ha supuesto un desbarajuste para el Girona, que se ha cerrado y ha empezado a ver cómo el Huesca llegaba sin cesar a su portería. La posesión ha cambiado de manos y con este contexto, el empate no ha tardado en llegar. Quien lo ha conseguido ha sido Melero, después de un penalti de Bernardo validado por Mateu Lahoz desde la sala del VAR.
Ha tenido suerte el Girona, y es que en la segunda parte el Huesca ha podido marcar el segundo gol. La más clara la ha tenido Ávila, pero su disparo ha impactado en la parte exterior de la red. Eusebio ha perdido dos puntos, pero ha aprendido una lección: no se puede ser tan conservador, y menos en el campo del colista.