El segundo día de esta Eurocopa de Alemania arrancaba con un partido en el que Suiza ha conseguido llevarse los tres puntos ante una Hungría muy combativa (1-3). El conjunto helvético ha sufrido para sumar sus tres primeros puntos en un partido que comenzaba tranquilo para los de Murat Yakin, pero que la Hungría capitaneada por Dominik Szoboszlai y comandada por Roland Sallai ha peleado hasta el final.

El espectacular ambiente húngaro que presentaba Colonia, con una afición que no dejaba de cantar y animar a los suyos, ha servido de inspiración para una selección que ha sido capaz de revertir el dominio suizo inicial y ha dispuesto de ocasiones para sumar puntos hasta el último minuto. Sin embargo, esta primera jornada del Grupo A se cerrará con Suiza en la segunda plaza y con Hungría tercera.

Sallai y Xhaka durante el Hungría - Suiza / Foto: EFE

Dominio total de Suiza en la primera parte

El balón echaba a rodar y la Hungría de Marco Rossi se presentaba muy ordenada y con las ideas muy claras. El capitán húngaro Dominik Szoboszlai dirigía a los suyos desde el centro del campo y conseguía que Sallai dispusiera de dos intentos desde la frontal del área que no inquietaron lo más mínimo a Suiza. Los helvéticos reaccionaban: una amarilla en el minuto 5 para Widmer cortaba el ritmo que imponía Hungría y Ndoye con su velocidad metía miedo a la zaga húngara.

Poco a poco Suiza comenzaba a adueñarse del partido y no tardarían en romper las tablas del marcador. Michel Aebischer filtraba un excelente pase para que Duah, solo ante Gulácsi, definiese al fondo de la red. Tras la revisión y validación del gol por parte del VAR, Hungría desaparecería por completo antes del minuto 15 de partido. Ahora era Granit Xhaka quien asumía todos los galones de la capitanía y le robaba la batuta del partido a Szoboszlai. El jugador del Bayer Leverkusen recibía el balón, construía para sus compañeros y era el primero en sacrificarse en defensa.

Gol de Duah en el partido Hungría - Suiza / Foto: EFE

Y sus compañeros no dudaron en tomar ejemplo: Suiza encerraba a Hungría en su propio campo y la atosigaba con una presión intensa que le forzaba a cometer pérdidas muy sensibles. De hecho, a punto estuvo de llegar el segundo gol en el minuto 20, cuando Vargas se plantaba solo en el mano a mano y Gulácsi despejaba milagrosamente a córner con el hombro. El dominio suizo se multiplicaba con el paso de los minutos hasta que, justo antes del descanso, Aebischer firmase el 0-2 con un auténtico golazo: Ndoye se cambiaba los papeles con el jugador del Bolonia y asistía para que el '20' colocase un balón en la cepa del poste derecho con un tiro colocado desde la frontal del área.

Hungría mejoró en la segunda parte, pero no fue suficiente

La sustitución de Lang por Bolla en la defensa de Hungría no fue suficiente para parar a un Ndoye que tuvo una doble ocasión en los primeros tres minutos de la segunda parte. Gulácsi continuó en su papel de héroe y salvaba a los húngaros del tercer gol, primero en botas de Ndoye y después atajando un chute de Ricardo Rodríguez. Los helvéticos, que habían vivido prácticamente todo el partido en campo rival, comenzaban a levantar el pie del acelerador y Hungría ganaba terreno.

Ahora todo el peso del equipo estaba sobre los hombros de Szoboszlai y no le quemó para nada esa presión. El jugador del Liverpool conseguía rascar algunas faltas en campo contrario y colgar centros que no fructificaban. También se asomaba tímidamente al balcón del área un Sallai muy frustrado por el resultado del partido. Hungría se adueñaba del balón y Varga avisaba con un remate en el área pequeña que mandó directamente fuera. El delantero del Ferencváros no perdonó en la segunda que tuvo y mandó a guardar un balón que Szoboszlai había colgado con música al segundo palo. Recortaba distancias Hungría en el marcador.

Varga celebra su gol en el Hungría - Suiza / Foto: EFE

Golpe de realidad para una Suiza que había dado por muerta a Hungría antes de tiempo. Movía ficha Murat Yakin dando entrada a Amdouni, Embolo y Stergiou para frenar el crecimiento de la selección húngara. El partido se comenzaba a romper y las ocasiones se sucedían en un correcalles que favorecía a Hungría. Sallai se convertía en un auténtico dolor de cabeza para los suizos, que no conseguían parar al jugador del Friburgo y ahora era Suiza quien sufría y achicaba aguas despejando como podían las acometidas húngaras dentro del área de Sommer.

Gulácsi mantenía con vida a su selección en los minutos finales ante una Suiza que tuvo dos ocasiones claras en el 90' y que Embolo terminó sentenciando en el añadido con una vaselina sobre el portero húngaro. Los helvéticos fueron capaces de sufrir y de defender su ventaja inicial ante una Hungría que remó para morir en la orilla. A pesar de la derrota, es una carta de presentación prometedora y que les da confianza de cara a su próximo partido ante una Alemania que mete miedo después de arrasar a Escocia en su debut en la competición.