Ya no es ninguna sorpresa: la temporada de Raphinha es de 10. Después de dos años irregulares en el Barça, el delantero brasileño ha encontrado con Flick su mejor versión. Partiendo desde la izquierda, pisando mucha zona central, y rodeado de un equipo que juega siempre buscando la portería rival, las virtudes del exjugador del Leeds United han explotado, hasta el punto que se ha convertido en uno de los líderes del equipo. Pocos esperaban este resurgimiento, pero hoy día no es iracundo pensar que el 11' blaugrana es uno de los mejores delanteros de Europa. Como mínimo, así lo confirman sus estadísticas goleadoras.
Raphinha, un francotirador letal que asusta también en Europa
El pasado miércoles, en la fundamental victoria que alcanzó al Barça en el campo del Borussia Dortmund (2-3), Raphinha volvió a brillar, abriendo la lata de un partido que acabó con un doblete de Ferran Torres. El gol del brasileño, un resumen de todo lo que ha exhibido durante los meses anteriores: una fascinante superioridad física para correr al espacio y una precisión inapelable para definir. Son ya 17 goles y 10 asistencias en 23 partidos contando todas las competiciones. Pero si nos fijamos en la Champions League, las estadísticas son todavía más impresionantes.
En la máxima competición europea, Raphinha ha sumado seis goles y dos asistencias en seis partidos. Es decir, ha participado en ocho dianas del equipo, mejorando las cifras en Europa de la temporada anterior, que fueron de tres goles y cuatro asistencias. Además, lo más impresionante de todo es que los seis goles que ha celebrado han sido los únicos seis chutes en portería que ha realizado. Máxima efectividad para un delantero que ya es de los más letales a las cinco grandes ligas europeas.
¿Cuál es el techo de Raphinha?
Ante este escenario, la gran pregunta es saber si Raphinha podrá alargar esta regularidad goleadora y asistente durante todo el curso. Si mantiene estas cifras y el Barça acaba celebrando títulos en mayo, podría estar incluso en la terna para ganar el Balón de Oro. Porque la influencia del brasileño en el juego del equipo de Flick no solo radica en el apartado goleador, sino que también aporta muchas soluciones en la faceta creadora de juego y a la hora de presionar, a más de ser uno de los capitanes escogidos por el vestuario.
Con el físico privilegiado que tiene, puede repetir esfuerzos de forma continuada durante los 90 minutos, tanto para amenazar al espacio como para presionar y recuperar pelotas. Su influencia es total. De momento, no hay que pensar demasiado en el futuro, solo disfrutar de un jugador que se gana la estima de la afición culé partido tras partido.