El Barça ha resistido hasta el final al poderío físico del Real Madrid, encarnado por un Tavares inmenso con 25 puntos y 13 rebotes, pero ha acabado perdiendo en el Wizink Center (81-74), cediendo el cuarto y definitivo punto de la final que ha dado el título a los blancos. A la decepción de la Euroliga, donde el Madrid echó al Barça en las semifinales, ahora, en la competición doméstica, el Madrid lo ha finiquitado en cuatro partidos que duelen y mucho en un Barça confeccionado para ganar.
Dominio inicial del Madrid
Después que en los dos partidos de la eliminatoria que se han llevado los blancos haya sido clave el rebote, un aspecto donde el Barça se ha mostrado netamente inferior, en el primer cuarto parecía que el partido iba a tomar una dinámica calcada al de hace dos días. Los merengues han salido más enchufados al partido, con un parcial inicial de 7-0 que Mirotic ha roto con los primeros dos puntos para los culés.
Aunque los de Chus Mateo, todavía sin Pablo Laso en el banquillo, llevaban la iniciativa, los catalanes resistían al envite inicial gracias a los triples de Sanli y Jokubaitis (11-8). Ha costado anotar en el primer periodo, y mientras que el Madrid solo ha anotado 4 de los 20 tiros de campo intentados, el Barça ha anotado 4/9.
La altísima diferencia de tiros intentados se debía, una vez más, al rebote, donde el Madrid doblaba a los blaugrana, pero la diferencia en el marcador era ínfima (13-10). No obstante, al empezar el segundo cuarto, los blancos han salido con la puntería afinada, y así lo demuestra el parcial de 11-0, con dos triples incluídos y seguidos de Sergi Llull, el segundo con tiro libre adicional, para situar un 24-10 en el marcador que podía dejar al Barça casi muerto, si no llegaba una reacción.
El triple mantiene con vida al Barça
Pero ha llegado. Y una vez más, desde el perímetro. El Barça seguía agarrándose a la final gracias al triple. Primero Mirotic, y luego un Exum con ganas de reivindicarse tras un tercer partido muy malo, seguían dejando al Barça a una distancia prudencial, hasta que un par de parciales favorables han acabado por enviar el partido al descanso con una ventaja mínima para el Madrid (34-33).
Al volver del descanso, el Madrid ha amenazado con replicar los inicios fulgurantes de los dos primeros cuartos, pero el Barça ha podido frenar el primer parcial tras solo cuatro puntos, aunque luego los blancos han hecho uno de seis, con un Tavares descomunal en la pintura, como lo lleva siendo durante toda la serie.
El Madrid seguía intentando marcharse, pero el Barça se enganchaba al partido con lo que podía, y se ha puesto por delante por primera vez tras una transición culminada por Higgins (55-56), en la penúltima jugada del cuarto. La última ha sido una falta antideportiva de Calathes que ha permitido al Madrid recuperar la ventaja (57-56).
Un Madrid más maduro se lleva el título
El último cuarto ha empezado con muchos nervios y pocos puntos. Aunque Calathes volvió a poner por delante al Barça, un ex de los blaugrana, Adam Hanga, respondía con un triple y el Madrid se distanciaba a seis puntos, hasta que Exum volvía a acercar a los culés.
Jasikevicius se ha visto obligado a pedir un tiempo muerto tras un mini parcial blanco, pero Tavares ha vuelto a demostrar que a un radio de dos metros del aro es imparable, y un 2+1 suyo ponía un 72-63 a tres minutos del final que parecía definitivo. Y lo ha sido. Aunque el Barça ha seguido peleando contra todo, los blaugrana han acabado resignados, agachando la cabeza y lamentando como a su alrededor, miles de madridistas celebraban eufóricos que los suyos celebraban su liga número 36.