El Barça hace valer el factor pista contra el Real Madrid y deja la Liga Endesa a punto de caramelo (86-85). Después de adjudicarse el primer envite de la final este viernes, se marcha a Madrid con un 2-0 a favor prácticamente incontestable.

El Barça se da continuidad

Con el aliento del Palau y la relativa tranquilidad de haberse adjudicado el primer duelo, los de Šarūnas Jasikevičius arrancarían dando continuidad a la superioridad mostrada en el primer enfrentamiento de esta final (97-88). Nico Laprovíttola tendría un gran inicio, orquestando y materializando a favor de los culés, pero sería Vincent Poirier quien acabaría siendo clave para los merengues para mantenerlos enchufados al partido.

Si no hubiera sido por los seis puntos del francés y su 100% en los lanzamientos de dos, los de Chus Mateo no se habrían podido despedir del primer cuarto a solo un punto del Barça (20-19). El Real Madrid estaba teniendo un problema. Estaba dominando en el rebote, pero la comparativa de pérdidas al descanso era significativa: hasta 10 pérdidas del conjunto blanco, por las 2 de los locales. La igualdad estaba reinando sobre el parquet, pero los pequeños detalles — como el primer triple de la temporada de Jan Veselý sobre la bocina del segundo cuarto — dejarían el electrónico reflejando un trabajado (45-41). Mientras tanto, el pivote checo cerraría su primera mitad con 15 puntos, 3 asistencias y 17 de valoración. Casi nada.

La Liga, muy cerca

Y si había sido Veselý quien había dado el golpe de tres a punto de llegar al ecuador, sería Nikola Mirotic quien lo asestaría solo sobrepasarlo. En este caso, sería a través de 5 puntos en cuestión de menos de un minuto, que abriría la mayor ventaja culé en lo que se llevaba de encuentro (54-46).

El Real Madrid seguía echando de menos a Džanan Musa y a Mario Hezonja, pero emergería tímidamente Walter Tavares para mantener a los suyos a la estela en el marcador. El que estaba afilando las garras en el tramo final estaba siendo Sergio Llull, que con uno 3/3 en triples, no solo hacía el que remontaba el marcador, sino que anotaba el que rompía un parcial de 5-0 con el que el Barça pretendía llevar el partido a la prórroga. En ese entonces sería cuando se decidiría desde la línea de tiros libres. Tavares perdonaría por partida doble, mientras que Laprovíttola, como con su 10/10 del viernes, materializaría sus dos lanzamientos a seis segundos para el final para dejar la Liga muy cerca.

Tavares, con las manos a la cabeza durante el Barça - Real Madrid de la final de Liga Endesa / Foto: EFE - Quique García

De esta manera, el Wizink recibirá a un Barça más que reforzado que se sabe con una ventaja de 2-0 nunca remontada en toda la historia de las finales de Liga Endesa.