El Barça femenino ha hecho historia en Eindhoven, una ciudad tranquila que en los últimos ha vivido la euforia culé. A las 6.19 horas de la mañana ha empezado a salir el sol por el horizonte y los más tempraneros se han levantado para ver cómo respiraba la ciudad. Poco rastro de lo que había pasado el día anterior, pero sí que se ha visto alguna tímida señal de una tarde-noche histórica.

Eindhoven todavía es culé

Ciudad casi desierta, pero con alguna bandera del Barça y algún aficionado legañosos con camiseta blaugrana, que tenía pinta de no haber dormido muchas horas, deambulaba por las silenciosas y frías calles de Eindhoven. Si muchos culés ya se habían marchado con el trofeo de la Women's Champions League bajo el brazo este pasado sábado por la noche, algunos otros empezaban a hacer el camino de retorno hacia Catalunya.

La publicidad de la final de la Champions femenina seguía colgada de las farolas. Y las sensaciones eran que alguna cosa muy grande había pasado. Y es que el Barça ganó la segunda Champions League de su historia. Y se confirmó de manera oficial que el Barça es el mejor equipo de Europa.

Eindhoven, desierta la maána siguiente de la final de la Champions femenina / Foto: Bernat Aguilar

Una remontada histórica del Barça y una celebración que formará parte de la historia

Ya en la rueda de prensa después de la victoria se le preguntó a Jonatan Giráldez si se había empezado una nueva era de dominio en el fútbol femenino europeo. El entrenador blaugrana quiso dejarlo para la prensa. Pero realmente ya se puede decir que es así. Cuarta final en cinco años, dos títulos, y el Barça sigue demostrando que hace el mejor fútbol. Y los resultados le dan la razón.

La injusticia de la temporada pasada se ha convertido en justicia. Y Eindhoven, tal como lo fue Göteborg, ya es una ciudad que todos los culés recordarán. Un título culé más que deseado y que supone un antes y un después en el Barça. Las blaugrana supieron reaccionar después de las puñaladas en forma de gol que marcó el Wolfsburgo en la primera mitad. Patri Guijarro se enfundó la camiseta de líder goleadora y Fridolina Rolfö cerró la remontada. Después Alexia Putellas tuvo el premio de poder jugar los últimos minutos y los culés acabaron disfrutando en el Philips Stadion.

Patrio Guijarro, después de ganar la Champions femenina en Eindhoven / Foto: EFE

Eindhoven se ha levantado con los recuerdos teñidos de blaugrana. Y en Barcelona ya ha habido fiesta. Las jugadoras llegaron por la noche y pudieron vibrar con la afición del Barça. Y este domingo habrá el final de fiesta en la plaza Sant Jaume a partir de las 18.00 horas, tal como se hizo por última vez ahora hace 20 años con la Euroliga de baloncesto del 2003.