Barça y Espanyol se han repartido los puntos del derbi barcelonés en un partido loco (1-1) y con un protagonismo excesivo de Mateu Lahoz, con una retahíla de tarjetas y dos expulsiones incluidas que han dinamitado el duelo. El Barça ha golpeado primero con el gol de Marcos Alonso y después de perdonar mucho, un penalti del mismo Alonso lo ha convertido Joselu en el empate definitivo que deja al Barça colíder, empatado con el Real Madrid, y el Espanyol un punto por encima del descenso.
Marcos Alonso abre la lata pero el Barça perdona antes del descanso
Después de que las horas previas se hayan visto marcadas por la polémica cautelar que ha permitido a Robert Lewandowski jugar como titular y la no representación espanyolista en el palco del Camp Nou como protesta por la prohibición de lucir equipació perica en el estadio culé, una vez ha rodado la pelota, todas las miradas se han centrado en el césped. Y, allí, el Barça ha salido decidido a inaugurar el marcador muy pronto. Después de un susto inicial de Christensen, los blaugrana se han repuesto a base de atacar constantemente la portería de un Álvaro Fernández, titular hoy en el sitio de Lecomte en el marco blanquiazul.
El primer aviso lo ha protagonizado Gavi, que ha obligado a una gran reacción del portero de La Rioja, que ha podido desviarla a córner. Un saque de esquina que ha sido en el cual ha llegado el primer y único gol barcelonista, obra de Marcos Alonso. El central ha aprovechado una cabezazo de Christensen y se ha anticipado a su marcador para hacer subir el 1-0 en el marcador del Camp Nou en el minuto 7. El Espanyol ha acusado el golpe y el Barça ha buscado el segundo con ocasiones d'Ansu Fati, Raphinha o Lewandowski, el tridente que ha dispuesto Xavi Hernández en ataque.
Resistencia perica
El Espanyol resistía como podía, y después de sacar agua del barco, lo han intentado con un tiro lejano de Nico Melamed que Sergi Roberto ha desviado a córner, en la única llegada perica con cierta sensación de peligro, con respuesta inmediata de un par de tiros de Raphinha que han acabado interceptados por Álvaro para mantener una diferencia mínima al descanso a pesar del dominio plausible del Barça. En la reanudación, más de lo mismo.
El Barça amenazaba muy pronto, con una asistencia de Sergi Roberto que no encontraba a Ansu, preparado para marcar en el área pequeña, pocos minutos antes de que Lewandowski perdonara en una de sus muchas especialidades, el remate de cabeza, antes de que Xavi Hernández cambiara los dos extremos y agitara el partido con la entrada de Dembélé y Ferran Torres. Recién entrados, el francés ha provocado un córner que el valenciano ha rematado fuera, pero habían salido enchufados.
Joselu empata de penalti y Mateu Lahoz enloquece
La falta de definición azulgrana dejaba con vida un Espanyol que esperaba poco menos que un milagro para empatar el partido. Parecía imposible, pero en una aventura individual de Joselu, el delantero ha sacado petróleo y un penalti después de un pisotón de Marcos Alonso y, desde los 11 metros, ha marcado el 1-1 en el primer disparo entre los tres palos de la portería de Ter Stegen en el minuto 73. Y, en lugar de enloquecer al partido, quien lo ha hecho es Mateu Lahoz.
El árbitro valenciano ha vuelto a demostrar que, demasiadas veces, quiere ser más protagonista que los propios jugadores. Entre el minuto 74 y el 81 ha sacado ocho tarjetas amarillas, y las tres últimas han significado las expulsiones de Jordi Alba primero, y de Cabrera y Vini Souza después, lo que dejaba el partido con 10 jugadores azulgranas contra 9 pericos, pero el árbitro ha revisado la roja de Cabrera y lo ha acabado anulando, así que se quedaba todo con igualdad numérica y, más de cinco minutos después, se ha vuelto a jugar.
Y lo ha hecho con un Barça persistente en busca de la victoria y un Álvaro Fernández decidido a impedirla. Primero, salvando un gran coscorrón de Andreas Christensen y, a la siguiente jugada, tapando uno mano a mano de Lewandowski, que desesperaba el Camp Nou. Los azulgranas lo han intentado hasta el silbato final de un Matáis Lahoz que ha cerrado una nueva demostración de pedantería contra dos equipos que querían jugar a fútbol y luchar de forma dura pero limpia para todo el mundo.