Hace un año, Fernando Alonso aterrizó en el Circuit de Catalunya con opciones reales de ganar su victoria número 33. El Aston Martin volaba sobre el asfalto, solo superado claramente por los Red Bull, lo que hacía presagiar un futuro glorioso para la escudería de Lawrence Stroll. 12 meses después, la situación ha dado un giro de 180 grados. El Aston Martin ha pasado a ser un coche de la parte baja de la parrilla, por detrás incluso de los Alpine y del Haas de Hulkenberg, una caída al infierno que parece no tener final. "No, no va a haber mejoras, es lo que hay. Ojalá fuese otro deporte en el que le pones más energía o le pones más ganas y cambien las cosas", afirmó un resignado Alonso al terminar la carrera, en la que finalizó en una decepcionante 12ª posición

"Espero las mejoras, pero también las esperaba el año pasado y al principio de este", añadió Alonso. "Austria y Silverstone van a ser dos fines de semana complicados. No va a haber nada mágico de aquí a Austria. Los coches van a ser parecidos aquí, en general va a ser muy difícil puntuar en los próximos grandes premios, pero habrá que intentarlo".

Fernando Alonso, en Montmeló / / Foto: EFE / Alejandro García

Aston Martin, de mal en peor

Y es que las sensaciones en el entorno de Aston Martin son muy negativas. La evolución del coche hace semanas que no funciona como se esperaba, hasta el punto de que el coche cada vez es más complicado de pilotar. "El coche es difícil de conducir. Tiene grip, pero como decía ayer, hay que aceptarlo. Lo que no podemos vivir es en cada domingo un continuo subidón si luchamos por alguna posición buena o depresión si no estamos en los puntos. Esto hay que tomarlo a una carrera a larga distancia donde hay que acabar el año fuerte porque te dicta un poco el comienzo del 2025", analizó Alonso.

El piloto asturiano intentó cambiar de aires, consciente de que el futuro no pintaba bien, pero la falta de ofertas importantes le obligó a renovar con Aston Martin. Ni siquiera le sirve el rumor de que  Adrian Newey pueda llegar al equipo, ya que la mano del ingeniero no se notaría hasta el 2026, cuando es muy posible que el asturiano ya no siga en la competición.

Fernando Alonso, después de su accidente en Imola / Foto: Europa Press

Fernando Alonso, positivo en la medida de lo posible

Llegados a este punto, a Fernando Alonso no le queda más remedio que aceptar la situación, vivir el día a día e intentar ser positivo, en la medida de lo posible. "A diferencia de otros momentos del año pasado y de este año, donde introducíamos mejoras y nos sorprendían un poco para mal cuando las metíamos en el coche y no entendíamos que no hiciese lo que estaba esperado, creo que hemos llegado a un punto de entendimiento en los porqués de muchas de esas preguntas".

"Ahora tenemos una cierta confianza en lo que va a llegar en el futuro, pero todo esto son palabras que no sirven de nada hasta que no lo demostremos con hechos".