Siguen creciendo los enanos en el circo que tiene montado Ferrari. El tramo final de la pasada campaña fue un auténtico show en el box rojo, donde se sucedieron una serie de errores groseros que le impidieron acabar luchando por ser primeros en el mundial de constructores. Este año las cosas no han ido mejor para il cavallino rampante, cuyo comienzo de temporada es una continuación de la anterior. Desde la escudería italiana se hicieron una serie de cambios estructurales para poner fin a los problemas, entre los cuales destacó el cambio de director general, donde se cambió a Mattia Binotto, por Frédéric Vasseur.
No obstante, nada ha cambiado. El francés tampoco ha sido capaz de dar con la tecla para hacer de su nuevo concepto de monoplaza, el SF-23, un coche competitivo. En el último Gran Premio disputado, en Montmeló, dio muestras de sus carencias y se vio superado por un Mercedes que sí que acertó con las mejoras. En Ferrari están viviendo el día de la marmota y siguen repitiendo una y otra vez la misma historia. El coche tiene grandes problemas de fiabilidad y Carlos Sainz lo sabe.
Carlos Sainz se queja de su monoplaza...
Tampoco hay que ser muy listo para darse cuenta de que el SF-23 no está para competir por los puestos de cabeza. Durante la clasificación, Charles Leclerc no fue capaz de pasar de la Q1, quedando en una bochornosa decimonovena posición, su compañero, Sainz, hizo un gran sábado que pronto se vendría abajo.
Y es que solo basta con ver las carreras para ver como el monoplaza de Ferrari es un lastre para sus pilotos. Sainz, que salía desde el segundo puesto, acabó cayendo en picado hasta la quinta posición, superado por los Red Bull y los Mercedes, que dejaron en evidencia a la escudería italiana.
Un hecho que ha comentado el piloto español en más de una ocasión y que, como es lógico, preocupa. "Si es que no puedo ni tirar", se lamentaba al finalizar la carrera. Pero fue más allá: "no puedo atacar más allá del 60% del coche", aseguró Sainz, frustrado por no haber podido subir al podio.
... y a Ferrari no le hace gracia
Carlos ya sabía que era un circuito complicado para las carencias de su monoplaza, ya lo avisó cuando dijo que "creo que con los botes y las debilidades en las curvas de alta velocidad nunca vamos a ser competitivos aquí". Sainz desnudó al completo todos los problemas del SF-23.
Las declaraciones del piloto de Ferrari no han gustado nada a la escudería, que ya han dado un toque de atención al madrileño. En el equipo rojo, parece, son de los que piensan que los trapos sucios se lavan en casa y que no hay que descubrir los problemas internos, aunque son una obviedad.
Todo esto envuelto en los rumores sobre el futuro de un Carlos Sainz que, a pesar de todos los esfuerzos, sigue estando muy cuestionado en el box de Maranello. En Ferrari prefieren a Leclerc, al que consideran mejor y como piloto número 1, a pesar de que el español ha obtenido mejores resultados. Sin embargo, el monegasco no se queja como Sainz y es lo que quieren, a alguien sumiso. Carlos sigue estando en la cuerda floja.