El FC Barcelona sigue siendo un hervidero de especulaciones mientras la planificación de la próxima temporada toma forma. Según fuentes cercanas al club, el entrenador Hansi Flick habría señalado a Joshua Kimmich, actual jugador del Bayern de Múnich, como un refuerzo prioritario. El alemán, cuyo contrato expira en junio de 2025, podría salir de Baviera el próximo verano si no renueva. Sin embargo, su posible llegada ha encendido ciertas alarmas en el vestuario blaugrana, especialmente por lo que implicaría para algunos de los actuales referentes del equipo.
La decisión de Flick responde a su deseo de contar con un mediocentro experimentado, capaz de aportar liderazgo táctico y equilibrio en el centro del campo. No obstante, esta apuesta choca con la progresión de jóvenes como Marc Casadó, quien ha tenido un destacado desarrollo esta temporada, y con la esperada recuperación de Gavi, un pilar del proyecto culé. Además, este movimiento podría derivar en la salida de Frenkie de Jong, cuyo rendimiento ha sido irregular tras sus problemas físicos.
¿Kimmich como el nuevo eje del Barça?
Desde la perspectiva de Flick, Joshua Kimmich encaja a la perfección en su idea de juego. El alemán, de 29 años, combina visión táctica, capacidad defensiva y un rango de pase que lo convierte en uno de los mejores mediocentros del mundo. Para el técnico, su experiencia en competiciones de élite sería clave para dar un salto de calidad al Barça, especialmente en Champions League, donde la competitividad es máxima.
Sin embargo, el fichaje no está exento de controversias. En primer lugar, la llegada de Kimmich significaría menos protagonismo para jugadores jóvenes como Marc Casadó, quien ha comenzado a consolidarse como una opción válida para el mediocampo blaugrana. Asimismo, Marc Bernal regresará tras recuperarse de su grave lesión, lo que añadiría más competencia en una posición ya saturada.
Un efecto dominó en el vestuario
El mayor perjudicado sería, sin duda, Frenkie de Jong, cuya continuidad podría estar en entredicho. El neerlandés, de 27 años, no ha logrado retomar su mejor versión tras las lesiones y, según algunos sectores del club, su salida permitiría financiar la operación Kimmich. Aunque De Jong sigue siendo un jugador muy valorado por la afición, su elevado salario y las dudas sobre su rendimiento lo convierten en una posible moneda de cambio.
Por otro lado, Gavi, de 20 años, también podría ver reducida su cuota de minutos, algo que no sentaría bien en el entorno del canterano, quien siempre ha sido considerado intransferible. La llegada de Kimmich enviaría un mensaje contradictorio sobre la apuesta del Barça por la cantera, especialmente en un momento en el que Marc Casadó ha demostrado estar listo para mayores responsabilidades.
Un fichaje con más preguntas que respuestas
Aunque la experiencia y el talento de Joshua Kimmich no se discuten, su incorporación plantea importantes interrogantes sobre la gestión de la plantilla y el equilibrio en el vestuario. El Barça debe valorar si su fichaje realmente aporta un salto cualitativo o si supone un freno para la evolución de los jóvenes talentos del club. Con Flick al mando, la directiva deberá decidir si este fichaje es una necesidad táctica o una apuesta que podría traer más tensiones que beneficios.