Frenkie de Jong comienza a ser un problema de dimensiones bíblicas en el Barça. Ya hace tiempo que está constantemente en boca de todo el mundo por su negativa a firmar un nuevo contrato, ya que el actual expira en 2026. Esto provoca que sea uno de los principales candidatos a decir adiós en el próximo verano, e incluso en el mes de enero, en caso de que Joan Laporta y Deco reciban una oferta que sea considerada como aceptable.
No quieren correr el riesgo de que el ‘21’ se marche a coste cero, y al menos esperan poder obtener una compensación económica importante a cambio. Tampoco conviene olvidar que percibe una ficha increíblemente elevada, y esta es la razón por la cual en el Camp Nou se quieren desprender del mediocentro de 27 años cuanto antes. Porque no está justificando su espectacular sueldo, ya que en estos momentos es suplente habitual en los sistemas de Hans-Dieter Flick.
De hecho, ha pasado a ser la última opción en las rotaciones, por detrás de Fermín López, Marc Casadó, Pablo Paéz ‘Gavi’ o Pedri González. No ha aprovechado los minutos que ha tenido, y ha seguido dejando una imagen preocupante. Está a años luz de su mejor versión, y la paciencia ya se ha agotado con él. Porque al margen de sus discretas actuaciones y de sus errores, muestra una actitud que es incluso más preocupante.
Parece que no le importa nada de lo que sucede en el Barça, y ‘Hansi’ está harto de él. Por este motivo, no ha jugado en los últimos partidos, y parece complicado que vuelva a ser titular, e incluso que vuelva a tener minutos en las próximas semanas, mientras todo siga como hasta ahora. Ni siquiera en el choque contra el Atlético de Madrid, en el cual Dani Olmo y Lamine Yamal no jugaron, De Jong ingresó al césped, un mensaje totalmente claro y directo.
Laporta y Deco ya han asumido personalmente la responsabilidad de encontrar una solución para este problema, y de intentar dar salida a Frenkie, que pese a ser uno de los capitanes, tiene a la afición en su contra. Y también a una parte importante del vestuario.
De Jong, una persona tóxica
Flick considera que De Jong es un jugador tóxico y un mal ejemplo para los jóvenes, ya que no se esfuerza ni tiene la intención de revertir su situación actual. Parece que se conforma con seguir cobrando su sueldo, y no le importa no jugar.
No tiene futuro en el Barça, y los próximos meses serán muy duros para él.