La situación de Ansu Fati en el Barcelona parece haber llegado a un punto sin retorno. El joven atacante, que hace no mucho era considerado una de las grandes promesas del club, ni siquiera fue convocado para el encuentro ante el Leganés. Una ausencia que no pasa desapercibida y que confirma lo que Hansi Flick ya había dejado entrever en las últimas semanas: no cuenta con él y su salida en enero parece ser cuestión de tiempo.
A pesar de haberse recuperado completamente de sus problemas físicos, Ansu Fati no ha conseguido convencer al técnico alemán de que puede ser una pieza útil en su esquema. Flick, conocido por ser directo y pragmático en sus decisiones, ha optado por otros jugadores en ataque, relegando a Ansu a un papel totalmente secundario. Ni minutos desde el banquillo ni oportunidades para demostrar su calidad en partidos de menor exigencia; el mensaje es claro: su tiempo en el Barça está agotado.
El entorno del jugador tampoco oculta su preocupación. La familia y los representantes de Ansu Fati esperaban que, tras superar su última lesión, el atacante pudiera recuperar el protagonismo perdido y volver a ser una figura importante en el equipo. Sin embargo, las pocas oportunidades que le dio Flick dejaron más sombras que luces. Su falta de confianza en sí mismo y en su físico han sido evidentes, y eso, sumado a la presión de rendir al máximo nivel, ha terminado por condenarlo.
En el club, ya se está trabajando para encontrarle una salida en el mercado de invierno. Deco, director deportivo del equipo, ha recibido órdenes de buscar un destino que beneficie a todas las partes. Se habla de interés desde la Premier League, donde equipos como el Brighton y el Tottenham han mostrado interés en hacerse con sus servicios. Además, en la Serie A, el Nápoles de Antonio Conte también estaría atento a la situación del atacante.
Para el Barcelona, desprenderse de Ansu Fati supondría un alivio económico en un momento en el que el club necesita liberar masa salarial para poder reforzar otras áreas del equipo. Y aunque resulta doloroso pensar en dejar ir a un jugador que llegó a ser el heredero natural de Lionel Messi, la realidad es que su rendimiento y las expectativas no han ido de la mano.
Por su parte, Flick se mantiene firme en su decisión. El técnico considera que el proyecto necesita jugadores que estén al 100% física y mentalmente, y que puedan adaptarse a su estilo de juego. Lamentablemente, Ansu Fati no encaja en ese perfil en este momento. Salvo sorpresa, enero será el mes en el que ambas partes tomen caminos separados.