Desde su llegada al Camp Nou, Flick ha demostrado un interés especial en Ansu Fati. A pesar de que las lesiones han mermado el progreso del joven delantero en las últimas temporadas, el técnico no ha perdido la fe en su potencial. Durante los primeros entrenamientos bajo su dirección, Flick quedó impresionado por la calidad y el compromiso de Fati, lo que reforzó su convicción de que el canterano debe ser una pieza clave en su esquema táctico. "Ha hecho unos entrenamientos buenísimos, se estaba poniendo en forma y lo demostró en el campo. Le tenemos que ayudar a volver con más fuerza", declaró Flick tras una sesión preparatoria, evidenciando su entusiasmo por el talento del joven.
Uno de los desafíos más grandes que enfrenta Flick es la saturación de jugadores en las posiciones ofensivas del Barça. Con la posibilidad de que el club cierre la incorporación de un nuevo extremo en los últimos días del mercado de fichajes, Ansu Fati podría verse relegado a un papel secundario. Y lo cierto es que ofertas no le faltan. Sin embargo, Flick ha sido firme en su postura: Fati no está en venta ni en cesión. El entrenador alemán ha dejado claro a Joan Laporta que no permitirá que el joven talento sea sacrificado en aras de nuevas incorporaciones. Flick ha diseñado un plan de entrenamiento específico para Fati, centrado en su recuperación total y en maximizar su rendimiento en el terreno de juego.
Flick exige la continuidad de Ansu Fati
A pesar de la presión de su agente Jorge Mendes para encontrarle un nuevo equipo donde pueda tener más minutos de juego, Flick ha insistido en que Ansu Fati se queda en el Barcelona. El técnico ve en el joven delantero una inversión a futuro y está dispuesto a dedicar el tiempo y los recursos necesarios para devolverle a su mejor nivel. "Espero que vuelva al mismo nivel que mostró en pretemporada, tenemos que cuidarlo", añadió Flick tras la victoria contra el Athletic Club, subrayando su compromiso con el desarrollo de Fati.
La decisión de mantener a Ansu Fati en el equipo y conservar su número 10 no solo es un voto de confianza hacia el jugador, sino también un mensaje claro al resto del equipo y a la afición. Flick cree en la capacidad de Fati para superar sus problemas físicos y convertirse en uno de los líderes ofensivos del Barcelona. Su plan es simple pero ambicioso: darle al joven delantero las herramientas y el tiempo necesarios para que vuelva a brillar con la camiseta blaugrana.