Hansi Flick ha dejado clara su postura: Frenkie de Jong no encaja en el Barça que quiere construir. A pesar de ser uno de los jugadores más valorados en la plantilla por su habilidad técnica y visión de juego, el neerlandés no termina de convencer al técnico alemán, quien busca un equipo con más velocidad, intensidad y verticalidad. Desde su llegada, Flick ha insistido en un estilo de juego mucho más dinámico, donde los jugadores luchan cada balón con intensidad, y en ese esquema De Jong parece quedarse corto.
Tras varios meses fuera por lesión, De Jong volvió recientemente a los terrenos de juego y dejó destellos de su calidad, especialmente en los 45 minutos que disputó contra el Real Madrid en el Bernabéu. Sin embargo, en el último partido frente al Estrella Roja, donde fue titular desde el inicio, su actuación dejó mucho que desear. Su juego lento y a veces impreciso no encajó con la velocidad y energía que Flick ha inyectado en el equipo. Más preocupante aún, la falta de intensidad de De Jong en la recuperación del balón fue evidente, y muchos aficionados culés, al igual que el propio Flick, se sienten frustrados por su aparente desidia en momentos cruciales.
La situación es más tensa cuando se comparan sus actuaciones con las de jóvenes como Marc Casadó, quien se ha ganado elogios por su entrega y esfuerzo en cada partido. Casadó va a cada balón como si fuera el último, cubriendo el campo durante los 90 minutos y aportando calidad en cada jugada. Esa intensidad, un rasgo indispensable en el sistema de Flick, es precisamente lo que le falta a De Jong. Aunque el neerlandés tiene una técnica envidiable, su estilo de juego pausado y poco combativo contrasta con la urgencia y hambre de los jugadores más jóvenes y, sobre todo, con las expectativas de un Flick que quiere un Barça competitivo en todas las líneas.
El problema para el Barcelona es que De Jong no está dispuesto a ser suplente, ni tampoco a abandonar el club. Su contrato, uno de los más altos en la plantilla, se convierte en un obstáculo adicional para el club en una temporada en la que necesita estabilidad y, sobre todo, jugadores comprometidos al 100%. Este verano pasado, Deco ya intentó explorar opciones de mercado para su salida, pero no llegó ninguna oferta seria que se ajustara a las expectativas del Barça ni a las demandas salariales de De Jong.
Ahora, la situación de De Jong se perfila como un problema a largo plazo, especialmente si Flick decide dejarlo fuera de sus planes a medida que avance la temporada. La realidad es que el equipo ha demostrado que puede funcionar sin él, y con jugadores como Casadó aprovechando cada oportunidad, De Jong podría quedarse sin sitio en el once titular. El Barça no puede permitirse tener jugadores que no se ajusten a la filosofía del entrenador.