El pasado verano, Federico Chiesa estuvo muy cerca de fichar por el FC Barcelona como refuerzo de emergencia tras el intento fallido de fichar a Nico Williams. El atacante italiano, que había perdido protagonismo en la Juventus, fue ofrecido a los culés a un precio reducido de apenas 15 millones de euros, un monto que muchos en el entorno blaugrana consideraron una ganga para el talento de Chiesa. La presión sobre la dirección deportiva y el técnico Hansi Flick era palpable, ya que varios sectores veían en él una pieza que podía revitalizar el ataque azulgrana y aportar esa profundidad tan necesaria en el esquema ofensivo del equipo.
Sin embargo, Flick mantuvo su postura firme y, en una decisión que fue criticada en su momento, vetó el fichaje de Chiesa. Para el técnico alemán, el italiano no encajaba en sus planes de juego ni en la dinámica que quería para el equipo, que ya contaba con jugadores como Raphinha, Lamine Yamal y Ferran Torres para ocupar la banda. Además, Flick argumentó que Chiesa había mostrado inconsistencias físicas en las últimas temporadas, lo cual representaba un riesgo innecesario para un Barcelona que necesitaba estabilidad y garantías en el ataque.
Finalmente, Federico Chiesa recaló en el Liverpool, donde se esperaba que encontrara un segundo aire en su carrera y se convirtiera en una pieza importante para el club inglés. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente. Desde su llegada al equipo red, el italiano no ha logrado ganarse la confianza del técnico Arne Slot, quien apenas le ha dado minutos en la Premier League. Chiesa ha acumulado suplencia tras suplencia, y su rendimiento en los pocos minutos que ha disputado no ha convencido a nadie en Anfield.
Este fichaje, que en su momento parecía una oportunidad de mercado tanto para el Barcelona como para el Liverpool, se ha convertido en un fracaso absoluto. Los informes que llegan desde Inglaterra sugieren que Chiesa podría salir en el mercado de invierno, apenas unos meses después de su llegada, en un intento de Liverpool por reducir pérdidas y liberar espacio en su plantilla. Lo que se vislumbraba como una oportunidad para el italiano de relanzar su carrera en una liga competitiva, ha terminado en una pesadilla de falta de minutos y constante incertidumbre sobre su futuro.
Con esta situación, Hansi Flick ha demostrado que su negativa a fichar a Federico Chiesa fue una decisión acertada. El técnico alemán ha priorizado la cohesión del grupo y ha evitado una posible distracción en el vestuario blaugrana. El Barcelona, en este caso, esquivó una bala, evitando una inversión en un jugador que, de haber llegado, probablemente no habría tenido el protagonismo esperado y habría generado un coste extra en un momento de ajuste financiero para el club.
Así, el tiempo le ha dado la razón a Flick y su criterio: el fichaje de Chiesa podría haber sido un error para el Barcelona, que sigue avanzando con un ataque confiable y en crecimiento bajo la dirección del técnico alemán.