Hansi Flick ha aterrizado en el Camp Nou como un soplo de aire fresco. El juego del FC Barcelona ha experimentado una metamorfosis radical, con un equipo que ha recuperado la sonrisa y, sobre todo, la identidad perdida. Cuatro victorias en cuatro partidos son el balance de un arranque de temporada que invita al optimismo. Pero más allá de los resultados, lo que más sorprende es cómo el técnico alemán ha conseguido elevar el nivel de jugadores que parecían olvidados o destinados al ostracismo. Y, entre todos ellos, uno destaca por encima del resto: Iñigo Martínez.
El central, que llegó al Barça el pasado verano, apenas tuvo minutos durante la era Xavi. Su fichaje parecía haberse convertido en uno de esos movimientos que pasan desapercibidos, sin demasiada relevancia en el esquema del equipo. Sin embargo, con la llegada de Flick, todo ha cambiado. Iñigo Martínez ha recuperado su mejor versión y se ha consolidado como una pieza clave en la defensa azulgrana. Su liderazgo, su calidad en la salida de balón y, sobre todo, su complicidad con el joven Cubarsí le han convertido en un central ideal para la filosofía de juego de Flick.
El vasco no solo ha vuelto a disfrutar del fútbol, sino que también ha dejado claro que no será fácil sacarle del once titular. Su rendimiento está siendo tan alto que, incluso cuando Ronald Araujo regrese de su lesión, no está claro que el uruguayo recupere automáticamente su puesto en el equipo. Araujo, un intocable en la etapa de Xavi, se encuentra ahora con un panorama muy distinto al que dejó antes de su lesión. Flick tiene una idea clara y, por el momento, Iñigo Martínez es una pieza esencial en ese rompecabezas.
La situación de Araujo es delicada. Se espera que el central uruguayo esté disponible para mediados de diciembre, pero habrá que ver si encaja en los planes de Flick, quien hasta ahora ha mostrado una gran confianza en Iñigo Martínez. Además, las últimas actuaciones de Araujo la pasada temporada dejaron mucho que desear, generando dudas sobre su capacidad para adaptarse al nuevo esquema. En contraste, Iñigo se ha mostrado muy fiable en todos los aspectos del juego, ganándose el respeto de compañeros y afición.
No cabe duda de que Flick ha recuperado a un jugador al que muchos daban por perdido y, al mismo tiempo, ha dejado contra las cuerdas a un exintocable como Araujo. El mensaje del técnico alemán es claro: en este Barça, nadie tiene el puesto asegurado. Y, con Iñigo Martínez rindiendo a este nivel, el uruguayo tendrá que pelear más que nunca por recuperar su sitio en la defensa.