Mykhaylo Mudryk fue colocado como uno de los posibles refuerzos del Real Madrid hace poco más de un año. Impresionó a Florentino Pérez con las actuaciones que realizó en las filas del Shakhtar Donetsk cuando se enfrentaron a él en la fase de grupos de la Champions League, y esto hizo que fuera colocado como una alternativa a la llegada de Kylian Mbappé. Asimismo, el Liverpool, el Manchester United o el Arsenal también lo tenían en la agenda.
Y cuando parecía tener prácticamente cerrado su desembarco en el proyecto de Mikel Arteta en enero de 2023, apareció el Chelsea. Todd Boehly quiso impedir que el internacional ucraniano reforzara a un rival directo, y se atrevió a pagar unos 100 millones de euros por su firma. Una inversión que nunca ha quedado justificada, ya que no ha podido amortizar el coste que tuvo, y ha sido incapaz de ayudar a los londinenses a solucionar sus problemas en la parcela ofensiva.
En sus primeros seis meses no pudo marcar ningún gol, y solamente contribuyó con dos asistencias en 17 choques. Con la llegada de Mauricio Pochettino, en Stamford Bridge esperaban que el joven extremo nacido en el año 2001 fuera capaz de recuperar su mejor versión, y convertirse en una pieza determinante, pero nada más lejos de la realidad. Las estadísticas siguen siendo muy discretas, con cuatro dianas y tres asistencias en 25 partidos, y no es titular habitual.
Considerando que desembolsaron un precio muy elevado, Mudryk es una de las operaciones más ruinosas que se recuerdan recientemente en la Premier League. En el Santiago Bernabéu acertaron a la hora de descartar esta operación cuando conocieron el coste que tenía, y no hicieron absolutamente nada para impedir que acabara trasladándose al Reino Unido. Y los ‘blues’ estudian la idea de colocarlo en la lista de transferibles.
Porque al margen de su nula aportación sobre el terreno de juego, también ha protagonizado algunos escándalos extradeportivos que han acabado con la paciencia de Boehly.
Mudryk tiene un contrato histórico en el Chelsea
Una de las razones que llevaron a Mudryk a dar el OK a la propuesta que le realizó el Chelsea fue el irrechazable contrato que le colocaron encima de la mesa. Porque ahora mismo es uno de los mejores pagados de la plantilla, con 15 ‘kilos’ netos anuales, y con una duración… ¡de ocho años y medio!
Es decir, que sigue vinculado a la entidad dirigida por Pochettino hasta el lejano 2031.