Ya hace semanas que el Real Madrid observa con atención, y preocupación, a Toni Kroos. El centrocampista alemán no es el de siempre, ha bajado el nivel, especialmente desde el parón por el Mundial de Qatar, y eso que Kroos no lo disputó al estar retirado de la selección alemana. El jugador es una sombra del gran futbolista de antes, inseguro con el balón en los pies y físicamente lejos de su mejor versión.

Con el contrato expirando el 30 de junio, el centrocampista sigue sin comunicar públicamente su decisión, aunque Florentino Pérez ya sabe que Kroos ha decidido irse, después de un largo período de reflexión. El alemán no está cómodo con su situación actual, pues ya no es titular indiscutible, y tiene claro que si sigue jugando es para ser importante. Ancelotti ya le avisó la temporada pasada, en algunos partidos clave, y la confirmación ha llegado en el encuentro contra el Liverpool de este martes.

Kroos, en un partido del Real Madrid / Foto: Europa Press

Kroos, el damnificado de Anfield Road

Ancelotti, preocupado por el estado físico y psicológico de Kroos, ha decidido tomar la decisión más inesperada, dejar al alemán en el banquillo en el partido contra el Liverpool, correspondiente a la ida de los octavos de final de la Champions League, y eso que el entrenador italiano no podía contar con Tchouaméni, que no ha podido viajar a Inglaterra por un  problema físico. Ancelotti ha optado por un 4-3-3, con Camavinga, Kroos y Fede Valverde en el centro del campo.

La poca confianza de Ancelotti se ha visto reafirmada en la primera mitad, cuando Alaba ha tenido que dejar el terreno de juego por lesión. La lógica apuntaba a que entrara Kroos, para que Camavinga se situara en el lateral izquierdo, pero el entrenador ha preferido apostar por Nacho Fernández, mover la defensa antes que dar entrada a un Toni Kroos que ha seguido en el banquillo, en una imagen inusual para él.

Toni Kroos, en un entrenamiento del Real Madrid / Foto: Europa Press

Un futuro incierto

Ahora está por ver qué ocurre con Toni Kroos, si opta por seguir en la élite, pues tiene ofertas de la Premier League, o si da un paso atrás para irse a jugar a los Estados Unidos, de donde le han llegado varias propuestas, o a Arabia Saudita, donde podría ganar mucho dinero. Una vez ha decidido cambiar de aires, llega el momento de estudiar cuál es la mejor opción para cerrar una carrera de ensueño.

El jugador sabe que su familia quiere quedarse en Madrid, pero no se siente cómodo en el club. Le quedan un par de años de fútbol y los quiere pasar sobre el terreno de juego. Cuando cuelgue las botas ya tendrá tiempo de volver.