El aficionado culé espera con ansia el retorno de Dembélé, ya que es uno de los principales argumentos ofensivos del actual Barça. No obstante, el extremo francés sigue sin renovar y Joan Laporta prohibirá a Koeman que lo alinee en caso de que el jugador se niegue a hacerlo.
Esta es la estrategia que siguió el presidente con Ilaix Moriba y que acabó con el jugador de 18 años haciendo las maletas con rumbo a Alemania. El círculo privado de Dembélé confirma que el final será similar y que acabará con el extremo fuera del Barça si el club pretende aplicar el mismo 'modus operandi'.
Dembélé, molesto con el Barça
Con la reaparición del jugador a tocar, es Dembélé quien tiene la pelota en su terrado, ya que el Barça necesita su aportación para reanudar el vuelo. Sin embargo, si el club lo amenaza con no hacerle jugar de la misma manera que lo hizo con Ilaix, Dembélé asumirá una temporada en blanco con el fin de decidir cuál será su futuro sin que el club blaugrana tenga ni voz ni voto.
Además, el extremo francés considera que el club no confía lo suficiente en él, ya que ha valorado si traspasarlo en varias ocasiones desde que llegara al Barça el año 2017. De la misma manera, cree que el protagonismo que ha tenido no ha sido el que merece y desconfía del Barça por el trato que han recibido dos de sus grandes amigos del vestuario culé: Antoine Griezmann y Samuel Umtiti.
La esperanza de Koeman
Si aparte de tener el derecho a decidir le sumamos que el francés sabe que Koeman lo espera como agua de mayo, el Barça tendrá que reconsiderar las cifras de la renovación a la baja que Ousmane Dembélé rechaza. La situación económica en la entidad blaugrana no es la mejor y las prioridades son otras.
Koeman ve en el extremo francés al jugador diferente capaz de desequilibrar cualquiera que, junto con Ansu Fati, Memphis Depay y el 'Kun' Agüero, están llamados a liderar el ataque del Barça en una temporada que no ha empezado como para tirar cohetes.
Ante ofertas como las presentadas por el Manchester United o el Borussia Dortmund, el Barça no puede hacerle una oferta competitiva a nivel económico. La única carta que al club blaugrana le queda para jugar es darle la batuta del equipo y otorgarle la responsabilidad de liderar al nuevo Barça que el extremo francés tanto pide.