Antonio Rüdiger ha sido, junto a Aurilién Tchouaméni, el fichaje estrella del Real Madrid de este verano. El central alemán, uno de los mejores del planeta, tuvo muchísimas ofertas, pues terminaba contrato con el Chelsea, y la única condición que le puso al Real Madrid fue ser titular, una pieza importante. Florentino Pérez aceptó y Rüdiger desestimó todas las ofertas que tenía para fichar por el Madrid.

El gran problema es que Carlo Ancelotti no quiere romper la dupla que forman Militao y Alaba, una de las grandes claves del doblete de la temporada pasada. La idea de la dirección deportiva es que la nueva dupla fuera Militao-Rüdiger, con Alaba en el lateral izquierdo. El entrenador italiano, sin embargo, no lo ve claro y aprovechando los galones que ha ganado con LaLiga y la Champions League va a hacer lo que considere mejor.

Antonio Rüdiger, en su presentación como jugador del Real Madrid / Foto: Europa Press

Rüdiger, suplente de lujo

Llegó el Clásico de Las Vegas, por ejemplo, y Ancelotti sorprendió a todos poniendo a Rüdiger en el lateral izquierdo, aprovechando que Mendy tenía molestias. El alemán no jugó mal, pero la decisión causó estupefacción, tanto en el club como en el propio Rüdiger. Ancelotti ya avisó entonces que no quería romper la simbiosis que forman Militao y Alaba.

Y en la siguiente prueba de fuego, la final de la Supercopa de Europa contra el Eintracht de Frankfurt, Carlo Ancelotti volvió a lanzar el aviso. La defensa la formaron Carvajal, Militao, Alaba y Mendy, con Rüdiger en el banquillo, como un suplente más. El malestar aumenta.

Carlo Ancelotti, en un partido de la pretemporada / Foto: EFE

Ancelotti no aceptará presiones

Ancelotti, pues, tiene una gran patata caliente en el vestuario que solo salvará si los resultados le acompañan. Nadie en el club no entiende por qué el entrenador no sitúa a David Alaba en el lateral izquierdo, su posición de origen, y a Rüdiger en los onces titulares. Ancelotti, sin embargo, no va a dar su brazo a torcer, al menos en el inicio de la temporada. Quiere asegurar el eje con Militao y Alaba e ir introduciendo poco a poco a Rüdiger. A diferencia de Tchouaméni, que llega al Real Madrid para crecer como futbolista, Rüdiger ya es una estrella, campeón de Europa con el Chelsea, por lo que ser suplente está generando enfado, pues tenía ofertas de equipos en los que iba a ser el líder de la defensa.

La suerte para Ancelotti es que el calendario es una auténtica locura, con la fase de grupos de la Champions League comprimida para dar cabida al Mundial de Qatar, por lo que puede ir jugando con las alineaciones. En Almería, por ejemplo, se espera que Rüdiger sea titular, para calmar los ánimos. El verdadero quebradero de cabeza llegará cuando el Real Madrid se enfrente a un rival directo. Será entonces cuando Rüdiger verá si Ancelotti lo tiene en consideración o no.