El Real Madrid necesita una revolución y un cambio generacional. Es un hecho que los futbolistas blancos cada vez son más veteranos. Una diferencia muy grande con el Barça, que a pesar del desastre deportivo, no tiene más remedio que confiar en los jóvenes.
Problemas en el medio del campo del Real Madrid
Pero más allá de nombres como los de Kylian Mbappé o Erling Haaland, dos de los jóvenes pretendidos por Florentino Pérez que rejuvenecerían el ataque blanco, el problema más urgente a solucionar es en el medio del campo. Jugadores como Luka Modric (36 años) o Toni Kroos (33 años) tendrán que dar un paso al lado próximamente, y ahora mismo no hay relevos jóvenes de garantías.
Casemiro tiene 29 años y está siendo cuestionado. Isco Alarcón, Marco Asensio y Dani Ceballos no cuentan para Carlo Ancelotti. Y sólo hay dos nombres que son de futuro: Eduardo Camavinga y Fede Valverde.
Pero por este motivo el Real Madrid necesita a jóvenes promesas para completar el medio del campo del futuro. Últimamente han sonado nombres como Tanguy Ndombélé, Donny van de Beek, Marcelo Brozovic o Paul Pogba, pero hay dos jugadores tapados que están encabezando la lista de preferencias de Ancelotti.
El primero de ellos es Franck Kessié. El futbolista del Milan, de 24 años, acaba contrato al final de esta temporada con el conjunto italiano. Sin una posible renovación a la vista, la opción que cobra fuerza es la de un traspaso en el próximo mes de enero, pero la otra opción sería esperar a verano y hacer un fichaje gratis.
Su corpulencia, calidad y potencia lo convierten en uno de los centrocampistas del momento. El jugador marfileño es titular con el Milan y uno de los referentes del equipo. Sería un fichaje de músculo y mucho recorrido.
Y el segundo de la lista es Aurélien Tchouaméni. El jugador del Mónaco, de 21 años, ya es internacional con la selección de Francia y un intocable en el conjunto monegasco. Un pivote potente y con una gran proyección.
Acaba contrato en el 2024 y su valor de mercado es de 35 millones de euros. Sin embargo, no está previsto que abandone los lujos de Mónaco por menos de 60 millones, cosa que automáticamente se convierte en una operación muy complicada.